Podían achacársele muchos fallos a ‘Party Like A Russian’, el primer single de lo nuevo de Robbie Williams, pero al menos, cumplió su objetivo de dejar huella, para bien o para mal, en aquellos que le daban una escucha. El segundo, ‘Love My Life’, es tan blandito que lo mismo vale para una tarde de lluvia, escuchar de fondo en un Starbucks o mientras rebuscas camisas en un Primark. Robbie ha tirado por lo segundo para presentar ‘Heavy Entertainment Show’ y a la vista está que las cosas le han dado resultado: el disco se estrenaba en el #1 de UK con 66.800 copias, y el single es ya el sexto más descargado del Reino Unido.
Éxito comercial aparte, el single es flojo flojísimo, y el vídeo, recién estrenado, tampoco ha mejorado mucho el panorama. El clip nos muestra a un Williams seguido por una docena de cámaras por la costa mientras canta la canción, cuando de pronto… ¡BAM! No ocurre absolutamente nada. Tres minutos y medio de Robbie Williams caminando con un abrigo mirando a las muchachas y vocalizando este himno a su hijo que parecería la clásica canción de autoestima escrito por o para Christina Aguilera.