Salvo milagros, el interés que va a generar la edición de 2020 de ‘OT’ va a ser ajustado. No hay que ser demasiado espabilado para darse cuenta de esto: la audiencia de la edición de 2017 no estuvo a la altura del impacto social del concurso y la de 2018 aguantó el tirón con bastantes galas por debajo del 16% y menos de 2 millones en 9 de sus 12 galas. El álbum más vendido de la última edición, el de Natalia Lacunza, ronda las 12k copias. El single más vendido, también su debut ‘Nana Triste’ es el único certificado de todos ellos. Y recordemos que las cifras de los álbumes publicados hasta la fecha están bastante infladas por las firmas de discos.
De modo que, con 32 artistas en «activo» en el último par de años, será un milagro encontrar una cara fresca y comercialmente viable entre todos los nuevos. Contaba Tinet Rubira que estaban ante «el casting más potente» de todos hasta ahora. Habrá que creérselo, porque no tenemos pruebas de lo contrario, pero ya hay quien duda de ello: Universal Music.
La discográfica, que lleva ligada al concurso desde 2001 -mediante Vale Music- ha decidido desvincularse del programa y dejarlo en manos de Sony, quien colabora con otros programas de Gestmusic como ‘Tu Cara Me Suena’. Serán ellos, según informaciones en distintos medios, los que se encarguen de publicar los temas de las galas y de los concursantes del programa a su salida. Si es que alguno de ellos consigue firmar por el sello.
Llevamos meses analizando la situación de ‘OT’ y valorando que la edición de 2020 tenía que haber sido pospuesta o cancelada: el público joven está centrado en las carreras de los alumnos del ’17 -algo que afectó a los del pasado año, con una decena de lanzamientos fracasados-, mientras el público potencial del concurso, a nivel televisivo, está hastiado de talents de cantantes: los datos de ‘La Voz Kids’, que llegó a hundirse hasta el 11%, son un ejemplo. Y ojo, porque a ‘OT’ aún le queda vivir el desgaste que le provoque el estreno de ‘Idol’ en Telecinco, llegue o no a funcionar.
