Hay dos cosas que le sientan siempre bien a Mariah Carey, y en los últimos días hemos visto a ambas cumplirse: por un lado, la llegada de la Navidad y por otro, el dejar a un manager decadente y pasar a otra cosa. Si la Navidad a todos nos engorda entre 3 y 46 kilos de promedio, a Mariah le adelgaza 10. Si la Navidad provoca que los modelitos más hortera de nuestro armario salgan a la luz, Mariah se viste con lo más decente que ha llevado en un año. Si la Navidad provoca que nos quedemos afónicos de fiestas y villancicos, va Mariah y se pone a cantar mejor que en las últimas presentaciones.
Bueno, esto último más o menos, porque siempre hay un minuto 4:11 al que aferrarse para dar buena cuenta de que Carey no será nunca lo que era, y en muchas ocasiones tampoco lo que ahora es. Pero esto es un post alegre y celebracional, así que centrémonos en lo positivo de la aparición de Mariah. La cantante, visiblemente más estupenda que hace unos meses, sacó a pasear a sus dos hijos al escenario, y ellos le hicieron los coros durante ‘The Star’, en un alarde muy The Elusive Choriza, en la época en la que esta sacaba a Kiko Rivera en sus giras.
Eso sí, en el caso de Mariah, ¿no ha sido muy fría la relación con sus hijos en escena? Mujer, ¿ni un triste abrazo? Los niños permanecen con cara de haba durante casi toda la actuación, y eso que ella se encarga de recordar al público que han sido ellos mismos los que han insistido en salir. Vamos, de lo contrario, ya tendríamos a Mariah acercándose a su hija para hacerle un “stop singing my part now, baby”.
https://youtu.be/KYdRm-asoe0