Finalmente ocurrirá. Álex Ubago cometerá un Emeyicidio con el lanzamiento, el 13 de mayo, de su recopilatorio ’20 Años’, que resume sus dos décadas de carrera en un lanzamiento repleto de invitados. El trabajo incluirá las voces de gente como Antonio Orozco, Mademoiselle Madame, La Oreja De Van Gogh, Pablo López, Lali, Nil Moliner… y no contará con EMEIE en ‘Sin Miedo A Nada’.
De acuerdo, comprendemos el punto, no contará con ella porque se trata de dar una vuelta de tuerca a las canciones originales. OK. Aceptamos pulpo. Pero claro, cuando conocimos que Montero -la cantante, no el álbum de Lil Nas X– no figuraría en el tracklist, lo que no esperábamos es que su ausencia llegara acompañada de una Traición de Estado.
Así, con la primera en mayúscula porque el escándalo es digno de ser citado formalmente. Resulta que Ubago ha cambiado a EMEIE por… Beret.
Beret, una persona a la que ya le cuesta respirar sin desafinar, imaginadlo tratando de hacer unas armonías a Álex Ubago. Imaginadlo muriéndose por conoceros, imaginadlo abriendo todas vuestras puertas, imaginadlo venciendo las tormentas que os quieran abatir. Es imposible. Y no sólo es imposible, es un absoluto escándalo que en próximos días, estamos seguros, llegará a la cámara del Senado. El lugar, no la Nikon de Alicia Sánchez-Camacho.
Porque esto debe adquirir trascendencia estatal: esto es como si alguien va a las ruinas de Atenas y hace un grafitti encima. De no ser porque Londres les robó las ruinas originales sería todo un escándalo. Pero Londres no robó ‘Sin Miedo A Nada‘. No hay nadie tutelando la canción original más allá de Álex Ubago. No existe una versión cantada por Calum Scott y Anne-Marie que se guarde bajo llave en la Torre de Londres, junto a las joyas de la Reina y las pulseras de Uno de 50 de Camila Parker.
Era tarea de Ubago respetar la obra original. Y poniendo a Beret a graznar la canción en su nueva versión, no lo ha hecho. Ha defraudado a España. Es como asfaltar Doñana. Como derribar los Pirineos. Como poner aviones en Castellón. Simplemente inconcebible, un escándalo mayor. Y no debe quedar sin castigo: esperemos que Pilar Rubio acuda a comisaría y Ubago sea llamado a declarar próximamente.
La condena por semejante Traición de Estado debería fijarse en trabajos a la comunidad, espantando organilleros del Paseo de la Concha o poniéndolo a trabajar en el parking del mayor gabinete psicológico del país, aparcando el miedo a sufrir. Que sea el país quien lo decida.