Si a algo le está cogiendo Amaia el punto es a titular todo su catálogo con onomatopeyas. Primero ‘Nanai‘, ahora ‘Tocotó‘. Con estos antecedentes, espero que el tercer disco lleve por titulo ‘Chimpún‘ y su último anticipo sea ‘Bis-Bis-Bis’, con un sampleo protagonizado por alguno de esos gatos cantantes de TikTok. Y no me refiero a Daniel Diges: no estamos en 2006 como para que alguien entienda esa referencia.
Amaia también ha cogido el punto a ser la versión sórdida de Miliki. Más aún, quiero decir. Solo que viva, que estar viva se valora muy poco pero en el pop es un talento que no suele durar mucho. En ‘Así Bailaba’, junto a Rigoberta Bandini, ya demostraba cierta pericia para hacer de las canciones infantiles algo menos infantil. En ‘Tocotó‘ no interpola nada per se, pero sí hace un guiño al “corre, corre, caballito” de Marisol -la cantante infantil, no la cirujana- para llevarla después a un terreno bastante ‘Black Mirror’ que se acentúa con su imaginario.
La presión de las redes sociales -o más bien de la vida digital en sí misma- es el centro del nuevo tema de Amaia. Una competición que plasma en imágenes con referencias a Instagram, TikTok, el tiempo que perdemos en scrolling y el que pasamos teniendo una existencia paralela en timelines y muros. Amaia combina imagenes con fotografía chic y contenido CGI y otras que parecen gritar “shot on Android”, para no espantar del todo al público inde, que ya sabemos que es su target principal.
‘Tocotó‘ es más inmediata que ‘Nanai‘ -también más pop- y sigue dibujando a una Amaia que parece saber muy bien qué hace, para qué lo hace y quién lo recibe. El verdadero ‘Triunfo‘, si nos lo preguntáis, más allá de cifras que tampoco le dan en absoluto la espalda. El caballito del ‘Tocotó‘ de Amaia no tendrá prisa por llegar a la meta, pero está disfrutando lo suyo del recorrido de la carrera.
Será tu rollo si: necesitas que Netflix adapte ‘A Mis Niños De Treinta Años’, computar ‘ir al Brava’ como “ser muy de festivales”; te apuntas a talleres de cerámica creativa.