‘The X Factor’ prepara el arranque de su decimoquinta temporada y lo hace con un rotundo lavado de cara en su mesa del jurado. Bueno, un lavado de cara en tres de sus miembros, que renuevan la mesa, y directamente una cara nueva para Simon Cowell, que se ha puesto todos los fillers que había en las clínicas de Los Ángeles y ahora parece el Hindenburg justo antes de explotar entre llamas.
El show de ITV ha decidido cambiar a Sharon Osbourne y Louis Walsh después de la notoria caída de audiencia que el programa vivió en su 14ª temporada, que perdió prácticamente dos millones de espectadores con respecto a la que Matt Terry ganó, una 13ª tanda de capítulos que sirvió de bomba de aire al concurso y le hizo recupera más de millón y medio de audiencia con respecto a la anterior. Sin embargo, parece que la tendencia a la recuperación ha vuelto a romperse y Cowell quiere apostar por este cambio de aires.
El nuevo jurado, seamos honestos, nos parece un poco WTAF: Louis Tomlinson, que viene de tener cero (0) unidades de éxito después de One Direction aunque puede dar todo el juego porque es bastante bocachancla; Robbie Williams, único cantante de la mesa con una trayectoria solista relevante; y ojo, Ayda Field, mujer de este, “actriz” y colaboradora de ‘Loose Women’, el ‘Amigas Y Conocidas’ del Reino Unido.
Si os preguntáis qué pinta ella allí, según Robbie, “aporta el punto de vista del público, que es al final quien siempre tiene la razón”. Bueno, lo mismo la perspectiva de una mujer de 39 años sin relación con la música tampoco es lo que un programa dirigido al consumo 16-24 debería tener en mente, pero básicamente se ha hecho un Terelu siendo Robbie María Teresa.
La cosa no pinta muy allá, pero hemos dudado de la mesa del jurado en años anteriores en los que ha terminado funcionando bien. Si lo hará o no este 2018, lo descubriremos con la vuelta del programa, previsiblemente a finales de agosto.