‘Kill Bill’ no era inicialmente el single foco del segundo álbum de estudio de SZA. De hecho, comparte protagonismo en radios con ‘Nobody Gets Me’, la balada que hasta ahora ocupaba ese lugar de honor promocional. Pero claro, el poder de los fans y de la viralidad es inescapable, de modo que la artista ha terminado dándole a ‘Kill Bill‘ su lugar. Y normal, porque la canción se comporta como una de las más in interesantes del disco entero.
Así que ‘Kill Bill’ ya tiene su vídeo oficial, una versión de la película que le da actual título, como no podía ser de otra manera. Si en vez de esto, SZA hubiera optado por versionar ‘Titanic’, seamos honestos, hubiera quedado un poco raro. En el vídeo oficial, la cantante es traicionada por su pareja, que la manda asesinar, y cuando se libra opta por vengarse. Es un sólo volumen, así que tampoco le pidáis qu en cuatro minutos saque partido de cada cosa aesthetic del film de Uma Thurman. Que eso es un no parar.
Bastante hace SZA hasta que llega a encontrarse con ‘Bill‘ y tira de recurso de dibujos animados y se va todo un poco al garete. No es que estemos en contra de la animación, pero si vamos a animar algo, tratemos que no luzca como cuatro fotogramas de ‘Delfi’ en 1992.
Lo más confuso del vídeo en sí es que, de pronto, SZA decide finiquitarlo tirando de otra canción. Algo que no es una mala idea, porque de paso promociona también ‘Seek & Destroy’, pero claro, aparece colgada como un jamón un tanto fuera de contexto. Como si a alguien se le hubiera ocurrido que el vídeo requería de un factor más sexy. Como si la productora de los tres primeros minutos fuera SZA y en el último hubiera cogido los mandos Cardi B porque ella estaba con fiebre.
Un misterio.