Echemos la vista atrás a 2009 ahora que estamos en pretemporada eurovisiva. Aquel año teníamos un pack de canción pop pegadiza, artista potente en el escenario… pero una TVE que, como siempre, dejaba las cosas para última hora y se llegaba a Eurovisión con la mitad de deberes por hacer.
De hecho, en las entrevistas de la época se puede ver a los bailarines de Soraya aprendiendo la coreografía mientras la diva de clásicos como ‘Me Tienes Delirando’ atendía a los medios. Nada improvisado. Y por lo que sabemos ahora, nada cansado tampoco. Soraya ha descrito la coreografía de ‘La Noche Es Para Mí’ como “la peor jamás llevada a Eurovisión” en sus redes sociales:
Aquella fue la peor coreografía jamás llevada en la historia de Eurovisión … y venga a dar vueltas ! Y más vueltas! Aún sigo mareada 😵💫 https://t.co/VBXMAww3il
— SORAYA (@SorayaArnelas) April 11, 2022
La verdad es que viéndola de nuevo, pasado ya el tiempo, aquello fue correr los cien metros lisos. O patinarlos, lo que fuere. Y es que no es la primera vez que Soraya habla de lo sufrido de su coreo eurovisiva. Ya en 2017, durante un concierto en Sevilla, la artista daba hilarantes explicaciones sobre lo que ocurrió en el Festival.
Mientras entonaba la canción, le iba contando al público que se veían obligados a correr de un lado para otro en un escenario que ocupaba 50 metros de largo, mientras daban vueltas, sacaban una tela naranja de la nada, se transportaban de un lado a otro y trataban de respirar entre paso y paso. Podemos decir que Soraya es nuestro Martín Fiz musical. Que estamos diciendo de Chanel que aguanta la coreo sin despeinarse, pero Arnelas se hizo una maratón de Atenas en tres minutos y aún así consiguió marcar bien los ad-libs de ‘La Noche Es Para Mí’. Es más que meritorio. Es algo que sólo ella -y si acaso Carlos Marco– pueden decir que han vivido.
Ahora bien, no coincidimos en que esa es la peor coreografía: es sólo la más agotado. El título de la peor sigue en manos de Las Ketchup, que se plantaron allí con cuatro sillas de peluquería a dar vueltas. Menudas reinas de tinte y la mecha californiana. Eso no había bloody mary que lo compensara.
