Crítica

‘Sintiéndolo Mucho’, María Escarmiento apuntala pero no termina de construir

‘Sintiéndolo Mucho’, María Escarmiento apuntala pero no termina de construir

María Escarmiento, concursante de ‘OT 2018’ y sin duda el motivo de polémicas de la edición: por un lado, no era la mejor de las cantantes, lo que llevaba a gran parte del público a discutir su permanencia. Por otro, el desastre pre-eurovisivo. La artista recibía ‘Muérdeme’, el plato fuerte de entre las candidatas de aquel año, pero terminaba haciendo campaña para la victoria de ‘La Venda’, ganándose la antipatía de, de nuevo, gran parte del público y también de algunos autores que participaron en aquella gala.

Dos años después se presenta con su primer álbum, ‘Sintiéndolo Mucho’, después de la publicación de unos cuantos singles que la situaban en terrenos reggaetón independiente. Y el disco ha seguido por ese camino, aunque apuntando mejor en las inéditas que en las ya publicadas. María ha grabado un disco que parece pasar de todo al tiempo que lo tiene todo controlado. Ella sabe perfectamente cuál es el perfil que maneja y qué es lo que busca el público que le interesa.

 

La dirección queda bastante clara

María sabía que ‘Muérdeme’ no la representaba. En comparación al contenido de ‘Sintiéndolo Mucho’, la canción -que también era un número reggaetón- se queda corta a todos los niveles. Era demasiado infantil, demasiado limpia, demasiado directa. Lo de este debut es bastante más sucio, aunque posiciona bien a María en esos terreno Bad Gyal sans dancehall, pero persiguiendo al mismo núcleo de seguidores del parkineo y masas salidas de ese mismo perfil. Y con el streaming ganando posiciones en los últimos años, María sabe lo que se hace.

Por tanto, en ‘Sintiéndolo Mucho’, su perfil macarra se desenvuelve bien, y marca bien los límites. Abre el trabajo diciendo «ya no me gusta ni tu cara» en … erm, ‘Ni Tu Cara’. Y la chulería continúa hasta tocar techo en ‘La Bomba’, cuando se anima a decir «aquí solo mando yo». Y es cierto que María no se deja toser, y exprime al máximo su perfil, pero eso no es suficiente para que el proyecto se luzca del todo.

 

El equilibrio entre postureo, letras y métrica

Y es que lo que ocurre con ‘Sintiéndolo Mucho’, es que está bastante vacío de fondo que tenga peso. No, no es que esperáramos otra cosa que referencias rozando lo choni, letras claras y problemas amorosos circa cuatro de la mañana, pero María pasa muy por encima de todo ello. Es decir, nada deja un poso determinado.

En muchos temas se la come la producción industrial pesada, porque su interpretación es monótona y hasta cierto punto previsible, con ese spoken word sin matices, sin altibajos, como quien está recitando la lista de la compra. María tiene más chulería en el concepto que en el desarrollo. Es todo más chungo en papel que en acción.

Tampoco ayuda, está claro, que rime -varias veces a lo largo del álbum-, dos o tres estrofas con la misma palabra. Y es que hasta para ser de barrio hace falta conseguir que las letras y la métrica de los temas no queden sepultadas por un alud de postureo que arranca ya en la carátula del trabajo. Un collage de referencias que ya anuncian el nivel de lo alternativo del álbum antes de escucharlo. Estas costuras están demasiado a la vista aún, y María necesita darle un pespunte a varios tramos del disco.

 

Y es que donde ‘La Bomba’ arrasa como un himno de clubbing con el que perrear está tirado y ‘Baladón’ acierta en ese punto oscuro que quiere darle a sus historias mientras no para de menear el beat, otras canciones se quedan en mejor intención que resultado. ‘Castigo’ tiene un fraseo interesante con un par de escuchas, pero un estribillo lacio que termina arrastrando sus posibilidades; ‘Amargo Amor’ no pinta nada en el tracklist porque su producción está ya distante del resto del proyecto, y como a muchas otras partes, está inspirado con cierto descaro en los referentes de María; ‘Chulo’ hace aguas en lo vocal, lírico e interpretativo, por mucha mala leche que ella haya creído volcar en ella; y la más R&B ‘Otra Noche’ es la melódica mejor parada del álbum, aunque la relación de amantes bien podía haber tirado de mayor y mejor química.

De nuevo, el problema es que ella pasa por las canciones sin ahondar en ellas. Casi como si, error, pensara que no hace falta porque son cortes de baile.

‘Sintiéndolo Mucho’ apuntala la base en la que María quería construir su proyecto, lo que está bastante bien, y acierta en ser breve porque llega incluso a resultar disfrutable, pero también se pasa de intrascendente. E igual que María dejó huella en ‘OT’ porque era la concursante que destacaba por a o por b, debería buscar la manera de hacerlo también en esta jungla de urbano alternativo en la que se ha metido. Si no, se la van a  comer. A mordiscos.

 

Temas clave: ‘La Bomba’, ‘Baladón’

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