De verdad que esperábamos un milagro de último momento. De esto que Maroon 5 se subieran al escenario del intermedio de la Super Bowl y desafiaran cualquier expectativa negativa con un buen show, una escenografía de escándalo y una sucesión de hits totalmente incontestable. Pero simplemente no ocurrió, y el grupo ofreció el peor espectáculo de los últimos años (Coldplay y Justin Timberlake, podéis respirar con tranquilidad ya).
La actuación del grupo no se sostuvo ni fue capaz de mantener nuestro interés, cuando ya empezábamos a mirar la barra de tiempo antes de alcanzar la mitad de la actuación, y eso que estamos hablando de un grupo con 67 discos de Platino para sus singles en los últimos 15 años. Pero está claro que para un evento así, hacen falta algo más que temas certificados en Billboard.
Esto es lo que falló durante su actuación:
La actitud de banda rock que no se sostenía ni en 2004
En la última década, lo que ha hecho que Maroon 5 siga resultado relevante han sido sus hits pop (‘Moves Like Jagger’, ‘Sugar’, ‘What Lovers Do’…), pero, por algún motivo, la presentación del grupo ha estado más cerca de lo que haría Aerosmith. Con la banda ocupando buena parte del escenario en una complicada forma de M, y Adam Levine ejerciendo de un Mick Jagger venido a menos, las cosas ya han empezado a pintar mal. Porque nadie reconoce a Maroon 5 ya como una banda de rock -sus hits lo impiden por completo- y porque Adam Levine no tiene el carisma del líder de un grupo del estilo.
De hecho, buena parte del fiasco recae en él: 14 minutos mirando al suelo, sin apenas moverse, y con interpretaciones vocales bien discutibles (‘This Love’ totalmente fuera de tono, ‘Sugar’ bastante desafinado también). Levine ha tocado delante de 100 millones de personas cuando su presencia escénica es para club de 900 espectadores.
La ausencia de varios hits
El show ha arrancado con ‘Harder To Breathe’. Muy bonito el guiño a su single debut, pero ¿alguien recuerda, de verdad, ‘Harder To Breathe’? ¿Es realmente el tema que mejor sirve para arrancar un intermedio de la Super Bowl? Si uno atiende al setlist, descubre que Maroon 5 ha tocado 3 temas de su álbum debut de 2004, y apenas 3 temas más de los últimos 14 años. Ni ‘Maps’, ni ‘What Lovers Do’, ni ‘One More Night’, ni ‘Payphone’, ni ‘Makes Me Wonder’.
Faltaban hits, y además, ‘Moves Like Jagger’ no sirvió de apogeo de la actuación sin su estrella invitada, Christina Aguilera que, queda visto, era quien daba fuerza al single. En su ausencia, Adam Levine optó por quitarse la camiseta y quedarse en tetas para que, al menos, hubiera algo de lo que hablar. Anda, ¿otro guiño más a 2004?
Los invitados, absolutamente fuera de lugar
¿Recordáis cuando la discográfica de Beyoncé decidió que la telonera de la artista, a mediados de los dosmiles, fuera Virginia Maestro? Pues los invitados de Maroon 5 en la Super Bowl eran Travis Scott y Big Boi. Mezclar bien de churras con merinas. Coldplay y Bruno Mars all over again. Y claro, de pronto, entre ‘This Love’ y ‘Girls Like You’, sale Scott a tocar dos de sus hits, obviamente fatal hilados con el show de Maroon 5 y presentados por una escena de Bob Esponja.
Al menos el público joven se mantiene pegado a la pantalla, porque cuando entre ‘She Will Be Loved’ y ‘Sugar’, aparece Big Boi a tocar un hit de Oukast de 2003, no queda otra que poner los ojos en blanco y pensar qué pinta aquello ahí.
Mal planteado y peor ejecutado. Uno puede invitar a una banda de pop-rock a reventar la Super Bowl, claro que sí, pero al menos una que tenga el mínimo ápice de carisma. Los 14 minutos de estatismo y mirada al suelo del cantante de Maroon 5 han sido tremendamente amateur. Los tres elementos escenográficos, insuficientes. Los invitados, innecesarios. Maroon 5 ha caído con todo el equipo.
https://www.youtube.com/watch?v=TMceYbH0xvk
