La era ‘Rare’ está siendo, erm… rara. Porque empezó muy potente, con el primer #1 de Selena, con un doble cara A con otro bop como ‘Look At Her Now’, y de pronto, se anunció el disco y fue como que el proyecto se fue apagando rápidamente hasta que se casi se nos ha olvidado que tuvo lugar. Tanto es así que la reedición del trabajo apenas ha tardado tres meses en llegar, un tiempo bastante poco habitual para los relanzamientos.
Y lo ha hecho con un par de inéditas y un nuevo single, ‘Boyfriend’, por el que, para colmo de males, Selena prácticamente pedía disculpas hace unos días. No, no porque la canción fuera tan mala que necesitara pedir perdón de antemano, ni por haberle chafado a Mabel aquello de tener la exclusiva del single titulado ‘Boyfriend’ de la temporada. Lo que ocurría es que Selena no quería parecer frívola en tiempos de crisis sanitarias: la gente pensando en cuándo podrá volver a salir a la calle y ella pensando en novios.
Podéis escuchar este y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:
Pues hija, francamente es lo normal, nosotros esta mañana hemos pensado en Mikolapices poco después de leer una historia sobre fosas comunes en Estados Unidos, así de caprichosa es la mente. Una cosa no lleva a no estar preocupada por la otra: pero es que un Mikolapiz… apetitoso. Y el tema de Selena en cuestión, es apetitoso pero tampoco tanto. Es un poco un engañabobos.
Y nos explicamos: escucha uno la base y ¡bam! menudo bop, escucha uno el hook principal y ¡bam! menudo bop. Pero escucha uno el resto de la canción y dice… uy, ¿igual le teníamos que haber dado un par de vueltas más a esto, verdad, Selena? El vídeo oficial del tema, eso sí, es bastante más chachi. Gomez coge la historia del príncipes sapo y les da la vuelta, convertida en una especie de femme fatale que convierte los resultados del Tinder en un zoológico. Literalmente, no en sentido figurado, que ya sabemos que está repleto de hienas igualmente.
Pero Selena utiliza una fragancia para transformar a sus amantes en sapitos. Y luego se los lleva a una charca y ahí los deja tirados. Como la gente que compró ‘Rare’ hizo con el disco, cambiando la charca por una estantería recubierta de cada vez más polvo.