España va quinta en las casas de apuestas de cara a ganar Eurovisión y el segundo ensayo de Chanel en el escenario de Turín confirma que, por una vez, Televisión Española no ha venido al concurso a verlo desde la grada. ‘SloMo’ se viene arribísima con los pequeños cambios en la escenografía y la segunda mitad de la performance de la artista es digno del colapso del país.
Aunque en el canal oficial de Eurovisión sólo se han compartido los clásicos segundos de performance con realización, aquellos que hemos tenido la suerte de verla completa hemos podido valorar que la maquinaría venía engrasada desde Benidorm, pero el último paso por el taller ha puesto los motores aún en más marcha.
Chanel aparece en el escenario a ritmo de unas trompetas caribeñas que dan paso a su ‘let’s go’, donde arranca la canción. No se ven visuales en ningún momento de la performance, con lo que Chanel esquiva dos balas: la del fondo hortera que venía exhibiendo hasta la fecha y la del mamotreto del escenario de Turín, que solventa utilizando sólo al final.
Todo el inicio se da con la cortina de focos que baja de la zona alta del escenario y, por ende, tapa por completo el sol. Las trompetas vuelven justo al arranque del dancebreak, que no vive excesivos cambios aunque sí precede al giro argumental posterior: Chanel se marca unos riffs vocales que, de no desafinar el sábado, demostrarán que además de una buena performer es una excelente cantante -menudo control hay que tener para seguir teniendo oxígeno tras el baile-.
Pero ojo: la coreografía cambia hacia el final y Chanel interactúa mucho más con los bailarines en otros tantos momentos de precisión impecable y aparece un abanico rojo que ella sostiene en escena. Detrás, el sol aparece al fin abriéndose como un abanico con los colores de la bandera española. Todo muy patriótico pero tremendamente funcional: ¿quién era esta chica? La española.
Y es una que no ha venido aquí a pasar el rato, Chanel quiere batallar, si no por la victoria, al menos por un cómodo top5.