Será “tiny” como concepto, pero teniendo en cuenta que Sabrina Carpenter ocupa más o menos lo mismo que un llavero de Funko, es quitarse los zapatos y darse cuenta de que su plan no va a funcionar. “Pensaba quitármelos en algún momento, pero queda claro que no va a poder ser”, cuenta entre risas después de pedirle a sus músicos que digan su nombre y altura, para acabar diciendo que ella es “muy alta, pero más alta aún sin zapatos”. Sabrina vuelve a demostrar que el sentido del humor dentro y fuera de sus canciones es una de las claves de su éxito este 2024.
Al pop le faltaba un poco de coña -no tanta como la que le han puesto algunas- y llegó la Carpenter con una canción sobre sacudírsela en plena noche con referencias cafeteras a sacarnos una sonrisa y un bailecito. “La gente me conoce por estar explícitamente salida”, dice en otro momento del Tiny Desk Concert, justo antes de ir a interpreta ‘Bed Chem’, que realmente surge de haber pasado la noche en una misma cama con una amiga. Y no en plan erótico-festivo. Aunque después recordara el momento cuando sí tuvo una noche… de amor.
Sabrina Carpenter ha interpretado todos los hits de ‘Short N’ Sweet’ en el concierto, en plan orquestal pero no en plan muermo, y al setlist le ha añadido ‘Slim Pickins’ y la celebrada ‘Juno‘, que se acompaña también de lo que King África denominaría “un movimiento sensual” en cada concierto. Para el Tiny Desk, a falta de espacio, Sabrina ha decidido tocar con su pompi la cortinilla.
En Carpenter se notan las tablas de esta década en activo -aunque haya petado a nivel público en los últimos dos o tres años-, porque su concierto no derrocha vocals, pero sí carisma. Es un perfil un tanto Kylie Minogue: no te dará unas interpretaciones vocales increíbles, pero tampoco engaña respecto de su producto en estudio. Ofrece efectividad, actitud y muchísima face-card. Las canciones podrían venderse solas, la verdad, pero ella le pone toda la intención a la hora de sumarse a la diversión.