Diseñadora de ligueros, de delineadores… y madre. No olvidemos que esta faceta está ultra presente en la actual Rihanna. Y no hablamos únicamente del hijo que ya tiene pululando por casa: es que la artista ha aprovechado el arranque de la Super Bowl para que no queden dudas de que está embarazada de nuevo.
Vestida con un mono que dejaba ver su incipiente tripa, Rihanna ha aparecido en lo alto del estadio para marcarse un intermedio que no ha podido estar más cargado de hits. Originalmente apostábamos por un setlist de unas 8 canciones, pero Rihanna ha decidido tirar por la ruta del máximo número de éxitos por segundo y la cosa ha cerrado con una docena de ellos:
- Bitch Better Have My Money
- Where Have You Been
- Only Girl (In The World)
- We Found Love
- Rude Boy
- Work
- Wild Thoughts
- Pour It Up
- All Of The Lights
- Run This Town
- Umbrella
- Diamonds
Sinceramente: ¿’Wild Thoughts’, ‘Pour It Up’, ‘Run This Town’ y ‘All Of The Lights’ de entre todas las opciones? La verdad es que se nos ocurren un puñado de temas que podían sustituirlos con más solvencia. ¡Pues no tiene catálogo Rihanna como para tener que incluir tres features ajenos! Máxime a sabiendas de que sobre el escenario, también como lo imaginábamos, sólo iba a estar ella. La Super Bowl ha vuelto a ocurrir sin invitados, este año, sí. Salvo que consideremos al bebé nonato un invitado.
En general, ha sido un intermedio con altibajos: es indiscutible que el arranque y el final, con las vertiginosas plataformas flotantes ha dotado a la historia de mucha espectacularidad, y los bailarines han hecho lo posible para entregarse al show y suplir la falta de energía de Rihanna, que eso sí, ha sonado mejor de voz que nunca. Tampoco era complicado, considerando que no se subía a un escenario desde que Shakespeare daba forma a obras en un gallinero. Pero también se ha hecho largo.
Ha ocurrido bastante poco, considerando el frenético paso de una canción a otra en escena. La apuesta de Rihanna por mantenerlo todo en blancos y rojos ha sido estéticamente súper agradable, pero también poco emocionante. El setlist pedía a gritos un giro argumental que no fuera la aparición de una banda de músicos en el escenario para aportar ¿qué exactamente?
El comeback de Rihanna nos ha puesto los dientes largos, sí, pero también ha dejado a la vista sus carencias. Y desde luego, ha dejado a la vista una realidad: olvidaos de ese supuesto nuevo álbum por, como mínimo, otro par de años.