En ‘Estrella Fugaz’, tenemos la intención de echar la vista atrás, como nos gusta, para analizar aquellos lanzamientos de estrellas que según empezábamos a disfrutar, de pronto, se fueron. No nos dio tiempo ni de asimilar sus nombres. Las nuevas generaciones no las conocen. Pero durante unos minutos, o unos segundos al menos, sus nombres estuvieron en nuestras bocas por un par de singles o un álbum al completo.

Prepara tu telescopio, y si las ves regresar, pide rápido un deseo: nunca sabes como cuánto va a aguantar su estela. Nuestro invitado de esta semana es Raúl.

Nacimiento de la estrella

Conocimos a Raúl por primera vez en la peselección eurovisiva del año 2000. Aquel año y el siguiente fueron un absoluto techo televisivo de las preselecciones españolas: horteras, repletas de surrealismo, pero siempre con algún hit encajonado entre el resto de canciones. Hits como ‘Sueño Su Boca’, ‘Yo Quiero Bailar’ o ‘No Me Pidas Más Amor’ que el público no elegía, porque España de siempre ha sido sorda, pero que después conseguían triunfar. Una fantasía hecha prime time.

El caso es que allí apareció Raúl con ‘Sueño Su Boca’, en su versión aún no remezclada. A la canción le faltaba chicha, sí, tanto como que para entender su futuro éxito hay que ver el vídeo de su performance a velocidad x1,25. Pero Raúl en aquel momento tenía más en mente a El Puma, a Raphael, a su latineo de baile de salón, de señor que enamora a las damas mientras toman el té y se pasea con una rosa en el ojal -de la chaqueta- y otra en la boca. Elegante, pero organizado por Bertín Osborne.

Raúl no consiguió ir a Eurovisión -de nuevo, la España sorda- porque el elegido fue Serafín Zubiri con una canción que era un notable espanto. Hasta que no nos lo dijo Europa unos meses después no caímos en la cuenta. ‘Sueño Su Boca’ recibió 112 puntos del jurado (43 menos que Zubiri) y 40 puntos del televoto (10 puntos menos que Serafín). Pero lo importante es que la semilla ya estaba puesta. Sólo necesitaba que alguien la regara.

Momento cúspide

Después del ‘Eurocanción 2000’, la carrera de Raúl pegó un acelerón. Consigue un contrato con Horus, su primera discográfica, y conquista el siguiente verano no sólo con ‘Sueño Su Boca’, sino también con ‘Baila‘. Eso sí, para pasar el corte de radios -lo que vienen siendo las playlists de Spotify de por aquel entonces- a Raúl le meten una buena remezcla latindance en ambas canciones, que es la que pasa el filtro de emisoras como Los40, que impulsan la popularidad de sus canciones.

El primer álbum de Raúl se convierte en un auténtico éxito, superando el Cuádruple Platino, y el cantante no tarda en mover ficha para aprovechar el impacto inicial. En 2001, apenas un año después de su debut, estrena el álbum ‘Haciendo Trampas’, que confirma su éxito, le da el primer -y único- #1 en álbumes y se certifica Doble Platino. En el camino, Raúl convierte ‘Prohibida‘ y ‘Me Provocas’ en nuevos éxitos y la radio sigue abrazando su verbeneo amable y pseudo-chic.

Era el chico de moda en España, era el representante de que el verano ya había llegado, de que se imponía la manga corta, y además, podía ir mano a mano con el otro galán de temporada, David Civera, que también había aparecido del mundo eurovisivo.

Pero llegó ‘OT‘. Y con la Academia, demasiado muchacho con paso firme y elegante y la mirada interesante. Y un delirio colectivo en una España que no podía apartar la mirada de Bisbal y Bustamante. El tsunami académico dejó en pie poco producto verbenero en el país.

¿Qué ocurrió después?

Raúl fue la Naomi Watts de aquel ‘Lo Imposible’. Lo arrastraron las olas, se agarró como buenamente pudo a la primera palmera, y terminó saliendo con vida pero bastante mal parado de toda la experiencia. En 2003, su tercer álbum ‘As De Corazones’ se certificaba Oro pero quedaba con un peak más tibio del #7 y el impacto del lead single fue más bien anecdótico. Y eso que fue un producto producido por Kike Santander, muy del gusto de la época. Paradójicamente, Santander acabaría dirigiendo la Academia de ‘OT’ en su salto a Telecinco.

Raúl nunca dejó de publicar música, lanzando después tres álbumes más de escaso impacto comercial. El último, de 2011, era un ‘Contramarea‘ que se presentaba con un apasionado -y bastante extrañamente cantado- cover de ‘Se Nos Rompió El Amor’ de Rocío Jurado.

Después de aquello, Raúl ha probado con su propio ‘Despacito‘ (‘Contigo Soñando’), con el melódico latino autotuneadísimo de ‘Quisiera Que Tu Me Quisieras’ o la más reciente ‘Perdona Que Te Diga’, lanzada este año en clave dance-melodramático. Aprovechando la nostalgia dosmilera del momento, Raúl sigue girando por el país durante el año y además ha participando en varios podcasts, populares canales de Youtube y programas de televisión en los últimos meses.

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