Selena Gomez es la típica estrella del pop trampa. Y no lo consideréis un read, porque nosotros también hemos caído en ella y disfrutamos con lo que ella es como cualquier otro. Pero seamos francos: ni canta bien, ni se maneja especialmente bien en el escenario, ni tiene un carisma arrollador. Selena Gomez tiene un clarísimo “factor equis” que la ha llevado a la posición en la que se encuentra en este momento.
Una de las claves de su éxito es una de las herramientas de las que más suelen tirar las estrellas femeninas en un mercado en el que, a pesar de soler aportar material bastante más interesante que el de ellos, necesitan de la estrategia emocional para convencer. Y ahí es donde está la trampa, aunque no sea culpa de la propia artista per se. Hemos picado por que sabemos cuando Selena está feliz, cuando Selena está pasando por una ruptura, lo mal que lo pasa con el Lupus que sufre, supimos de cada paso de su transplante de riñón, y sobre todo, vivimos enganchados al culebrón de heroína y villano que se ha montado con su relación de años con Justin Bieber.
Y no nos engañemos: de ahí el #1 de ‘Lose You To Love Me’, una canción empoderadora que habla de recuperar el orgullo tras una relación tóxica. El factor emocional sobrepuesto al de la madera de hit de la propia canción. La estrella del pop trampa. Y sin embargo, ‘Rare’ ha llegado para demostrar que Selena se ha marcado algún punto entre tanto disparo al corazoncito de los consumidores de pop.
Marcando terreno con el “sonido Selena”
La producción de ‘Rare’ es fantástica. Selena hace uso de elementos del funk, del rock setentero, de motivos latinos no cliché, de electrónica, R&B… y la unión de todo ello ha dado en el clavo en cuanto al sonido, porque cuando uno finaliza la escucha del disco, tiene claro a quién ha estado escuchando. Ninguna otra estrella del pop suena a Selena Gomez. Quizá suene parecido, pero hemos llegado al punto en el que podemos decir que alguien “suena a Selena Gomez”.
Porque ‘Rare’ ahonda en lo que ‘Revival’ fijó. El sonido Selena per se arrancó en ‘The Heart Wants What It Wants’, que ya sorprendió por lo intimista, por el uso de la voz sin estridencias, por la inteligencia de definirse -igual que ha ocurrido con la balada actual- con un proyecto musical, pero también con uno emocional. Todo desde entonces destila cierta inteligencia musical y extramusical. La trampa de Selena es golosa. Uno cae porque quiere caer. Sigue enganchado al culebrón y a las canciones.
Existe cierto halo de aburrimiento sobre su tracklist
Sin embargo, donde ‘Revival’ revitalizaba su carrera y la llevaba a la adultez, ‘Rare’ muestra a Selena un poco aburrida. El disco se acompaña de un tono demasiado serio, incluso tirando a plano, que provoca el hundimiento de algunos tracks: ni la algo Prince ‘Fun’ es divertida, ni ‘Kinda Crazy’ describe la locura de la persona de la que habla en condiciones, ni ‘Vulnerable’ nos acerca a Selena tanto como el lead single del proyecto.
La primera parte del tracklist convence con el funk sofisticado de ‘Dance Again’, con la heredera de ‘Bad Liar’ que es ‘Rare’, o la picardía de ‘Look At Her Now’, con unos efectos vocales híper eficaces post chorus. Pero falta euforia, falta emoción, el tracklist va perdiendo fuelle según se acerca al final: nadie recordara ‘People You Know’, tan vacía como ‘Crowded Room’, aunque esta última esté mejor interpretada a nivel vocal, y ‘Ring’ tiene el elemento latino de la ‘My Oh My’ de Camila Cabello, pero no lo explota de la misma manera. Es más plana, más lineal. Tan cómoda que no deja marca.
Menos mal que Selena levanta los ánimos con una ‘Let Me Get Me’ que, a pesar de estar falta de alegría para su mensaje de subidón, cuenta con un estribillo tareable y pegadizo, y que ‘Cut You Off’ ofrece un corte algo más R&B que se distancia del resto del setlist y consigue volver a captar la atención del oyente.
¿Qué hace lo más interesante del álbum en la versión deluxe?
La Selena Gomez de 2020 debía haberse dejado llevar más por la Selena Gomez de 2017. Porque al final, ‘Rare’ es tan heredero de ‘Revival’ que podría haber pasado por grabado ese mismo año de lanzamiento. Dos años después de aquel álbum, sin embargo, Selena lanzaba la híper adictiva ‘Bad Liar’, posiblemente la mejor canción de su carrera, y la más urbana ‘Fetish’, con un gusto exquisito y cierto aire atemporal, que sigue sonando igual de bien por entonces que tres años después.
La Selena actual está más acomodada en lo que conoce, juega a desnudarse pero no, a ser transparente pero guardar distancias, a hacernos bailar pero no perder la compostura, a resultar diferente pero lanzar más de lo mismo.
Dicen que el tercer álbum de un artista no debe suponer un riesgo para él, sino ayudar a identificarlo para sostener en adelante su carrera, y en este sentido, Selena ha cumplido. Peor se echa de menos un poco más de luz, un poco más de diversión, un poco más de riesgo y un poco menos de truco de música de titulares. Al fin y al cabo, no hay que ser muy avispado para ver que ‘Lose You To Love Me’ tiene bastante poco que ver con sus compañeras.
Sirve de reclamo de un álbum bastante más conservador, que afianza el gusto de Gomez por las buenas melodías pop y las producciones con clase, pero que pedía más liberación, más verdad, menos encorsetamiento. ‘Rare’ es un álbum que debería ir ganando con las escuchas, pero termina animando al skip en algunos tracks. Y para un disco con sólo 13 cortes, ya es decir.
Temas clave: ‘Let Me Get Me’, ‘Lose You To Love Me’, ‘Rare’.