Alba Reche se quedaba lejos del impacto esperado con ‘Medusa’, un primer single que nos resultaba interesante por su apuesta por el rollito drum&bass, muy poco exportado al pop patrio. La artista anunciaba un segundo single de golpe y porrazo, ‘Caronte’, y la publicación de su álbum debut, ‘Quimera’, para ya mismo: llegará a las tiendas el 25 de octubre. Un movimiento rápido que conseguía dos objetivos: fijar toda la atención en la publicación del disco completo y desviar la atención del resbalón del single.
‘Caronte’, la segunda apuesta de Reche, la lleva a terreno más seguro en forma de balada, aunque tampoco apuesta por la clásica canción de catálogo sino por algo con una estructura más imprevisible, que recuerda un tanto a la primera Zahara. Un corte intimista, delicado, bonito… que no tenemos muy claro si invita a una segunda escucha o es una canción de consumo muy focalizado en su fanbase. Estamos ahí con la duda después de unas cuantas visualizaciones de su vídeo.
Podéis escuchar ‘Caronte’ y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:
Un clip tan sencillo como la canción, en el que Alba Reche sale vestida de camarera de evento en un museo, sólo que sobre una barca que finge navegar gracias a el humo que tiene alrededor. Todo tan teatral como en ‘Medusa’ y tan bienintencionado como en aquel vídeo: mucha interpretación, mucha estética, pero mejores intenciones que resultados.
Llegados a este punto, y con el disco entero a la vuelta de la esquina (no faltan ya los tuits de “agotada esta edición”, “#1 en aquella web”, veremos después el viaje a largo plazo), nos preguntamos quién maneja la barca de Alba Reche: ¿es lo suyo un proyecto a escuchar completo para poder comprenderlo mejor? ¿va a tener margen de convencer a gente que vaya más allá del fenómeno ‘OT’ (“fenómeno”, en el caso de su edición)?.
Por ahora, la suerte inicial de ‘Caronte’ ha sido peor que la de ‘Medusa’: no ha pasado de encallar #64 en Spotify con 82k escuchas en su primer día. Insistimos: veremos cómo le va el viaje a largo plazo, que tiene pinta de ser más analizable que el primer impacto.