Después de la publicación de varias espectaculares fotos de los ensayos de España en Eurovisión, por fin tenemos el vídeo de la realización de la performance. O al menos varios segundos de la misma. Porque si algo hemos aprendido con el festival, es que uno nunca debe fiarse de una foto estática: las cosas, en tele, cambian después mucho.
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Y la espectacularidad que destilaban las fotografías de Esa Diva se vienen un poco abajo con la grabación. Eso sí, son apenas unos segundos de una performance que se ha descrito como dividida en tres actos, por lo que tampoco podemos juzgar claramente lo que se ha visto. Especialmente porque las casas de apuestas han reaccionado al primer ensayo con relativo entusiasmo, con lo que Dios sabe.
Por lo que podemos ver en este primer vídeo y un pequeño avance sin realización que ha compartido RTVE, esto es lo que saco en positivo:
- El imaginario es mucho más interesante que el del Benidorm Fest, que tampoco era complicado porque era de un cutre espectacular. El brutalismo, el telón cayendo, la pantalla en blanco del inicio… parece una escenografía mucho más agradable y bien planteada que la del Festival de preselección.
- La coreografía también parece más pulida. Aunque no entendemos bien cómo se verá en pantalla el dance-break de Esa Diva, puede verse que los movimientos que se hacen justo antes son más finos y eficaces.
Vamos ahora con lo negativo, que para sorpresa de ninguno de los que me venís leyendo en este recorrido eurovisivo es mayor que lo positivo:
- El gritito sobrecantado: luce horroroso, se escucha feo y hace que Melody entre tarde y ahogada al último estribillo. ¿Por qué no cantarlo como en la versión estudio, donde ya suena extendido y vocalmente exigente?
- El show drag: si bien los visuales de toda la actuación aparentemente son más sofisticados, el vestuario de Melody es bastante decepcionante. El body plateado, además de parecer genérico, luce más drag que popstar, y el vestido de Party Fiesta que le han colocado al inicio más vale que sólo se pueda intuir como silueta. Porque a detalle es una cosa atroz.
- La realización: otro año más, como en el de Blanca Paloma, en el que uno de los puntos fuertes de la performance es el imán de la cantante en cámara y se la enfoca a 6,5 kilómetros queriendo cambiar de plano cada pocos segundos. Hay un momento en el que Melody guiña el ojo a cámara y ni se aprecia, ya estamos viendo el general del escenario. ¿Para qué?
Evidentemente, esto ha sido un segundo ensayo que aún admite cambios y mejoras, con lo que imaginamos que, una vez el equipo de la artista lo vea pulirá lo que consideré necesario. En resumidas cuentas, creo que han dado un paso adelante respecto de Benidorm, pero sigo valorando que esta es la peor de las propuestas que España lleva a Eurovisión desde la creación del Festival de preselección y que han tratado de revestirla con un nuevo traje y sigue siendo lo que es. Un despliegue de mediocridad en manos de alguien fascinante y talentoso.