El proyecto hasta la fecha de Bajocero X de divide en dos vertientes: el medio tiempo intenso de persona que está haciendo yoga en mitad de un bosque con una barrita de incienso y un radiocassette de 1992 en el que, por lo que sea, suena un midtempo de Bad Gyal; y el uptempo rompepistas que te deja la cadera como si fueras Juan Carlos I en una tarde tonta. Todo, por descontado, muy Gen-Z, con más vocoder que la era ‘Living Proof’ de Cher y con el barroquismo suficiente como para que ‘experimental‘ suene a título de película de Pixar.

Y claro, cuando uno se desarrolla en la generación de ‘Motomami‘, de Arca, de Sophie, Grimes, Sevdaliza y la Ana Mena que colaboraba con Sean Kingston, pues intenta tener potentes ambiciones. El deseo, no la finca de Jesús Janeiro. Y en ‘Préndeme En Gasolina’, ambición hay. Se mezclan tantos géneros que la canción es un ‘Primavera Sound‘ completo. Y cuenta con un estribillo que funciona. Y del que, a Bjork gracias, Bajocero X tira lo suficiente y busca en él apoyo.

Lo que le falta a ‘Préndeme En Gasolina‘ es organización. Luce un tanto caótica. De pronto el segundo verso, el que arranca tras el primer estribillo, da más vibras de rap de Millán Salcedo que de Tokischa, siendo esto último el objetivo. El sexy estaba en un punto ‘Un Bloody Mary‘, pero pasa rápido al ‘Aserejé‘. Hay versos en el tema que buscan el efecto shock (“échame un gapo pa’ que entre mejor“), pero para cuando uno cae en la cuenta ha habido cuatro versos más en los que uno no repara. La canción deja respirar tan poco sus punches que en vez de versos parecen el Rey Joffrey.

Eso sí, es innegable que se le agradece seguir escarbando en sus posibilidades sonoras, seguir llevando ese canallismo de barrio a terrenos LGTB y el seguir tratando de combinar el pop dulzón de extrarradio con el calientapistas que haría las delicias de Estibaliz Sanz en los 90. Veremos cuál es el siguiente paso. Por ahora, no vemos el precio de la gasolina como para andar lanzándola a la babalá.


FACTOR POP 55%

Será tu rollo si: no tenías ni idea de que la música de Camela se vendía en gasolineras pero te da ganas de ir a una a comprobar que ya no se hace; compras vaqueros rotos estén o no de moda, siempre te preguntas si el pelo de Emma García es liso y se lo riza o es rizado y se lo alisa.

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