Mariah Carey recibió este 2025 su VMA Video Vanguard a toda una videografía. El premio llegaba tarde, porque era el primero (!) que Mariah recibía en toda su carrera, después de apenas seis nominaciones entre 1996 y 2008. Para que lo pongáis en perspectiva, Rosé tenía 7 nominaciones este año por Apt. y otra más por otro tema en la categoría K-Pop.


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Para compensar —porque claramente era para compensar—, la MTV le dio también el vídeo de Mejor R&B a Mariah Carey por Type Dangerous, un vídeo que sin ser gran cosa demostraba que en la era Here For It All, Mariah Carey había venido a jugar de nuevo. Y claro, con dos estatuillas bajo el brazo, Mariah Carey volvió al escenario de la gala… por primera vez en 20 años, desde que actuara en la era Mimi con Shake It Off y el remix de We Belong Together. Que es fuerte que aquel año, con el disco femenino más vendido del año y una importante inversión en vídeos, se fuera también de vacío.

Pero vamos al grano: Mariah se subió al escenario para interpretar un medley de hits y su último single, Sugar Sweet. Y aunque la performance se sostuvo con el impecable catálogo de la artista, el glamour de espíritu Vegas y la nostalgia, cabe preguntar: ¿qué le está ocurriendo a Mariah Carey?

Lo lanzó sin anestesia: la performance completa tenía la voz pregrabada, le costó horrores caminar con soltura y los dos pasos coreografiados que tenía (Honey y la bofetada a Bianca en Heartbreaker) salieron de aquella manera. ¿Por qué sufrió tanto con la performance?

Habrá quien piense que la edad está pasando factura a Mariah Carey, porque aunque ella no tenga el tiempo en consideración alguna, tiene 56 años. Pero claro, tiene 56 años, no 78. Es de la misma generación de Kylie Minogue o Jennifer Lopez, entiéndase. Por lo que este bajón físico —que también se intuye en lo emocional si atendemos a las últimas entrevistas— es evidente.

Por un lado, mi impresión —que esto es una suposición, no un hecho— es que Mariah Carey se ha operado de las cuerdas vocales: algo que siempre se rumoreó que se le recomendaba por tener pólipos y a lo que ella se resistía por miedo a perder los sobreagudos. El cambio vocal evidente no solo en sus nuevos singles (especialmente en Type Dangerous) sino también en las grabaciones pregrabadas me lleva a pensarlo. Puede que si ha pasado por ese procedimiento, esté aún insegura y recurra más al playback de lo habitual. Dicho lo cual, bien es cierto que tiró de mucho más directo —donde también se notó el cambio de voz— en su último show en el pride de Brighton.

Su estado físico es otro tema, uno que quizá convendría que tratara con mayor naturalidad con sus seguidores. No está obligada a ello, faltaría más, porque es algo que pertenece a su intimidad, pero ayudaría a que la gente que la sigue entendiera más por qué necesita ir escoltada por el escenario o le cuesta caminar con soltura, y por qué Ariana Grande también la ayudó en su salida y paseíllo al recoger su Video Vanguard.

Es decir, hablamos de una artista que ha publicado un libro de memorias en el que narra muchos episodios complicados de su vida, tampoco me parecería descabellado que se sincerara sobre un mal momento que pueda estar pasando. Tras el fallecimiento de su madre y su hermana, Mariah podría estar recurriendo a medicación, por ejemplo, y puede que eso la esté afectando. Tratarlo con naturalidad la acercaría más al público y explicaría situaciones como esta en los MTV VMA 2025.

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