Vale, es verdad que el fiasco del último álbum de Camila Cabello, dio al traste con la teoría que todos manejábamos: la de que su fórmula más viable era la de tirar al camp latino. Cuando, después de arrasar con ‘Havana‘ y ‘Señorita‘, quiso volver a retomarlo, no tiró como se esperaba, a pesar del tirón de ‘Bam Bam’ y, en menor medida, de ‘Don’t Go Yet’.

De modo que tocaba replantearse el panorama y ver qué podía hacer con su propio proyecto. Normal, porque en el fondo, Camila también había conseguido hits con ‘My Oh My’ o ‘Never Be The Same‘, con lo que sabía que tanto su imagen como su sonido tenían otras salidas factibles.

Y así llegamos al día de hoy, con el anuncio de su cuarto álbum de estudio, ‘C, XOXO’, previsto para el 28 de junio. Y llegamos con el single adelanto, ‘I Luv It’, sin remover demasiado su avispero. Si eso fuera la Granja San Francisco, hace tiempo que se hubiera declarado en quiebra. Porque… de verdad, ¿hemos vivido alguna vez un rebranding menos creíble que este?

Ella es alternativa, ella es indie. Ella va por clubs de música electrónica experimental. Ella es Arca, Charli XCX y Úrsula Corberó en ‘La Casa De Papel’. Ella pasa sus vacaciones en Berlín y opina que The Chemichal Brothers le cambiaron la vida aquella noche de mal viaje en un BBK Live. Ella es la antítesis de lo que ha sido toda la vida: una fantástica mamarracha pop a la que se le ven las costuras como si hubiera estado a cargo de la mismísima Sira Quiroga.

Pero ahora resulta que había otra cara, la que aparece de forma inesperada en conciertos de Lana Del Rey. El público se queda muerto en la bañera, son la mismísima Carmina Ordóñez, porque qué coño pinta ahí la señora que cantaba ‘Crying In The Club’. Es un público dificilísimo de conquistar, porque si algo ha tenido -a su favor, de hecho- Camila Cabello, es que jamás ha sido cool.

Nunca ha entrado en el club de los chicos guays, ella era Rachel Berry, ella era María Patiño gritando “yo-yo-yo-yo”, Thalía Garrido hablando de sus fans, ella era la canción ‘Chenoa‘, en el álbum ‘Chenoa‘ de Chenoa. Entonces claro, ¿quién se está creyendo esta pantomima?

Posiblemente ni ella. Nos la imaginamos, cada mañana, despertandose haciendo enormes esfuerzos por ver qué foto de Instagram de la artista electrónica más random que encuentre en Lituania puede copiar ahora. Ella de pronto es las t.A.T.u. Esperemos que, por lo menos, se guarde un ‘All The Things She Said’ que levante todo esto. Aunque como todo aquello, sea una inmensa mentira.

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