Vamos a hacer un resumen rápido de lo que ha ocurrido con Frank Ocean y Coachella para situarnos en dónde están ahora las cosas:
- Frank Ocean es un artista conceptual que en ocasiones hace música. En pocas ocasiones.
- Frank Ocean era cabeza de cartel en Coachella 2020. Aquel festival se canceló por Covid, de modo que ha vuelto en 2023.
- El cantante aseguraba que sólo hacía el show porque él y su hermano -fallecido aquel 2020-, solían ir siempre al Festival.
- El show de Ocean empieza una hora máas tarde y es un hot mess.
- Coachella y el público presente acaban cabreados con el artista.
Bien, conocidos ya los pormenores básicos de la situación, vamos al lío: después de que el cantante ofreciera una actuación lamentable como cabeza de cartel, la pregunta de muchos ha sido: “¿Por qué?”. Se busca una explicación al desastre del concierto más allá de que Frank Ocean fuera por libre y decidiera hacer, por voluntad propia, un bendito mess en Coachella.
Y según pública That Grape Juice, una persona cercana a Frank Ocean ha justificado el desastre con el hecho de que, horas antes de su actuación estelar, Ocean habría sufrido una lesión de tobillo en el propio Festival, lo que lo hubiera llevado no sólo a estar dolorido en su performance, sino a cambiar el setting completo de la misma.
Porque lo que sí se sabe prácticamente con seguridad, es que el motivo de que Ocean actuara una hora tarde es que le dio un arrebato final y decidió deshacerse de su atrezzo completo. Una actuación que incluía una pista de hielo en la que debía desarrollarse gran parte de la performance. Tras la pedrada de Frank, el equipo de Coachella tuvo que desmontar todo el set y deshacer por completo el hielo, lo que habría provocado los retrasos en escena, necesitada de absoluta reorganización.
¿Pero fue esa supuesta lesión de Ocean lo que lo lleva a cambiar el set? Francamente, vistos los vídeos de la actuación, creemos que no. Porque Frank Ocean impidió a Coachella emitir la señal de streaming que sí emite con el resto de shows, pero no pudo impedir las grabaciones del público.
En ellas, se le ve dando saltos por el set durante una parte del concierto, en la que ni siquiera está cantando: simplemente suena su música mientras él se pasea frente al público. Lo hizo, por cierto, después de que durante un cuarto de hora completo un DJ pinchara temas sin estar él presente en el escenario. Y el DJ salió a pinchar después de un rato de que Ocean apareciera camuflado tras unas vigas de metal, con lo que el público realmente sólo podía verlo en pantalla con claridad.
Un despropósito revestido de conceptualidad que, oye, lo exhibes en el MOMA e igual te da para obra de arte, pero habiendo pagado una entrada para un festival de música en directo… la ausencia de la misma durante gran parte del show nos parece catastrófico.
Pero claro, también le hemos dado alas a Frank Ocean para básicamente vendernos este halo de genio de la creación con dos álbumes a espaldas en 12 años de carrera.