La noche del ‘Bellodrama Tour’ en el Wizink Center fue una oportunidad de oro para que Ana Mena se consolidase como princesa del pop patria. Y ella supo aprovechar la ocasión, como os contábamos en el análisis del show, del que ella salió más reforzada que el propio catálogo y staging.
Ahora bien, lo de los invitados del show fue otro cantar. Siendo la cita más importante del tour, Ana Mena quiso asegurarse de tener a sus colaboradores cercanos con ella. Se apuntaron al concierto Rocco Hunt, con el que colaboró en ‘Un Beso De Improviso’ y ‘A Un Paso De La Luna’; Omar Montes, con el que ha firmado varias colaboraciones pero apareció para interpretar ‘Solo’ y Abraham Mateo, que salió al escenario a reforzar la propuesta del smash ‘Quiero Decirte’.
De todos ellos, sólo Abraham Mateo parecía saber dónde estaba y remó a favor de obra. Estuvo sonriente, entregado al tema y consciente de la importancia de la cita para su compañera. Lo de Omar Montes y Rocco Hunt fue una vergüenza que no hizo sino exponer lo evidente de la poca exigencia que se tiene con el urbano masculino en este país.
El italiano apareció en el escenario perdidísimo. Como un muchacho de secundaria al que le toca presentar la obra de fin de curso y no sabe cómo comportarse delante de tanta gente, dejó constancia de lo ensayadísimo que llevaba todo Ana Mena y lo nada que lo llevaba él. Movió un poco las manos, puso cara de vaca mirando al tren al paso de la cámara por delante de él y animó al público como si fuera la primera vez que se ponía frente a él.
Eso sí, fue rápidamente superado por la debacle de Omar Montes. Apareció en el escenario no sabemos si con problemas técnicos o simplemente de tablas, pero no entró en ‘Solo’ en el momento que debía entrar. No contento con eso, su actitud evidenció durante toda su participación que algo iba mal. El público fue súper consciente de que estaba siendo un desastre en todo momento: su gesto de absoluta antipatía, su nula interacción con la audiencia y lo perdido que estaba en el escenario fueron más que obvios.
Hasta el punto de que la propia Ana Mena tuvo que apartarle el micrófono de la boca cuando fue a entrar en una estrofa que pensó que le tocaba a él, pero realmente correspondía a Maffio, el otro feature de la canción. E incluso en ese momento, ella, que hizo el gesto de forma súper sutil y sin salirse de personaje, dio una lección de tablas a sus acompañantes.
A Dios gracias, ninguno de los colaboradores consiguió hacer sombra a Ana, aunque su equipo debía haber tenido algo en cuenta: considerando la audiencia objetiva del show en el Wizink Center, de las poquísimas citas de pago de la cantante, ¿realmente pensaron que Omar Montes era la persona a la que llamar? ¿Qué estaban haciendo Belinda o Natalia Lacunza que les impidera acompañar una cita tan importante?