Hace apenas unos días, Ed Sheeran se marcaba un comeback -y un bop- con su single ‘Bad Habits’, en cuyo vídeo oficial podíamos verle ejercer de vampiro brilli brilli creando el caos en la ciudad. Ahora, unos días después, ídolos patrios como Omar Monguer y Camela batallan su reino vampírico, pero sin tanta purpurina y color vivo. Ellos son más de la generación de ‘Crepúsculo’, de la generación de aquel vídeo de Kiko Rivera con sus hermanos e Isa P. De ese tipo de vampiro que lleva colmillos de plástico y mucho cuero negro, porque ya puede hacer 40 grados que no le afecta el bochorno. Y creednos que en esto de Omar y Camela, “bochorno” es bastante key word.
‘Vete’, la canción que los une, es un número muy de la casa de él, en el que ellos se alejan un poco de su habitual camp aflamencado para meterse en terrenos de melodrama-petardo, un poco La Húngara, mientras ponen miradas de intensidad desde el sofá del club en el que se desarrolla la acción. Todo iluminado con naranjas y rojos, colores habituales de la noche y el mal. Salvo en Eurovisión, colores habituales de que alguien va a llevar una nota hasta el hemisferio más norte del pentagrama. Pero en el resto de casos, son señal de mal rollo. El fuego, el Anticristo, la aparición repentina de Omar Monguer haciendo gala de su extremo carisma frente a las cámaras.
Y el muchacho, no contento con liarla con un banquete humano en la tasca, termina dándose un baño totalmente inconexo al resto de escenas. Chica, será que los vampiros también hacen bombas de humo y al llegar a casa después de una noche de farra a todos nos apetece una baño relajante. Y ahí, de nuevo batallando por llevarse el Odeón a Mejor Actor en Vídeo Musical -se lo llevaría igualmente Vanesa Martín, son los Odeón-, de pronto se levanta desquiciado con los colmillos a la vista y cara de necesitar una tutela legal.
Por si estabais algo faltos de cringe vampírico.