Taylor Swift. Coldplay. Lorde. Y ahora Olivia Rodrigo. Desde luego si en algo no escatima la saga de ‘Los Juegos Del Hambre’ es en postizos de trenzas y bottox para Lenny Kravitz. Y bueno, en estrellas para sus bandas sonoras tampoco, la verdad.
Después de ‘Safe And Sound’, ‘Atlas‘ y ‘Yellow Flicker Beat’, a Olivia Rodrigo le ha tocado estar a la altura de las circunbstancias -que diría Belinda- para poner música a la antesala de las películas de Katniss Everdeen, ‘Balada De Pájaros Cantores Y Serpientes’, que cuenta la historia del Presidente Snow y de cómo todo acaba como acaba por algo que ocurrió durante sus primeros ‘Juegos Del Hambre’ como mentor.
Para aquellos que no estéis familiarizados con ‘Los Juegos Del Hambre’, son un poco como ‘La Voz’: hay unos mentores que se encargan de proteger a los concursantes, aunque en realidad todos ellos se la pelan y cuando la historia acaba todos están muertos. Bueno, en Los Juegos se salva uno de ellos; en ‘La Voz’ nadie. Ni ganando. Y la banda sonora la ponen Melendi o Malú. Todo es peor en ‘La Voz’, las cosas como son.
Olivia Rodrigo no se juega la vida en esto pero sí la reputación, considerando sus antecesores en el cargo: y sale muy bien parada de la experiencia. Abandona su perfil más rock en favor de uno con aires más folkies, que vayan más acordes al espíritu de la película, y juega en la letra con la historia de Snow y del Capitolio, sin que parezca una novela narrada, pero sin que tampoco acabe pareciendo que no sabe de qué va la vaina.
Muy bien traído, especialmente, el final en el que dice “a veces el fuego que prendes no arde de la forma que esperabas”. Dice la verdad y simboliza de forma estupenda no solo la narrativa de esta precuela, sino la historia al completo de ‘Los Juegos Del Hambre’, hasta los momentos finales de la trilogía.
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Será tu rollo si: te gusta caminar descalza por el bosque, no eres fan de la tarta de zanahoria si no notas el sabor de la maldita zanahoria, aunque viste las películas te alegraste del fiasco de la saga ‘Divergente’.
