Los nominados a los VMA son siempre un tema. El debate se abre en redes sociales en cuanto los nombres de los vídeos elegidos empiezan a aparecer, con lo que este año vamos a poner sólo el foco en valorar los clips elegidos para Vídeo Del Año. Una categoría en la que se han quedado fuera Sabrina Carpenter, Charli XCX, Dua Lipa o Troye Sivan, que han aportado lo suyo a la cultura del videoclip en los últimos meses, pero que a pesar de todo cuenta con unas candidaturas bastante justificables (en su mayoría).
Vamos a ver, clip a clip, qué aportada cada una de las nominadas, mujeres en su mayoría este 2024, y por qué podría ganar el galardón cada una de ellas.
‘We Can’t Be Friends (Wait For Your Love)‘, Ariana Grande
Ariana Grande regresó también este año con una buena colección de vídeos para los singles de ‘Eternal Sunshine‘. El principal, el del segundo single, que hacía referencia más que directa a la película de Jim Carrey y Kate Winslet que le daba título -parcial, porque el film se titula ‘Eternal Sunshine Of The Spotless Mind‘- al trabajo. Un vídeo precioso que recrea la narrativa del film, alude también a las vivencias de la propia Ariana y luce un tanto su perfil de actriz, a escasos meses de que la veamos como protagonista de ‘Wicked‘.
Por qué podría ganar: Por ser el gran vídeo de story-telling del año, por el impacto cultural pop del clip.
‘Lunch‘, Billie Eilish
Sí, entendemos lo que Billie Eilish ha querido hacer en ‘Lunch‘. Ese punto noventero de los vídeos baratos pero efectistas, esta cosa cool de poner el foco en lo guay que es el artista que tiene uno en pantalla por encima de todo lo demás, esta historia del contraste extremo, de los colores vivos sobre el blanco… pero en un año de grandes vídeos compitiendo, esta basicada no puede ser uno de los contenders. ‘Lunch‘ no es ambicioso: es simplista como lo están siendo los vídeos de este álbum, es el ejemplo perfecto de la muerte de la cultura del videoclip, algo que no hace ningún favor a los VMA, precisamente cuando hay grandes ausentes en la lista que han optado por reflotarla.
Por qué podría ganar: por premiar lo cool por encima del vídeo en sí mismo, lo que sería echar otra piedra sobre el cargadísimo tejado de los VMA.
‘Paint The Town Red‘, Doja Cat
Doja Cat se ha puesto artística en su etapa más reciente, tocando techo en el vídeo del segundo single de la era -y salvador de la misma, las cosas como son-: ‘Paint The Town Red‘ exprime la temática del mal que rodea a ‘Scarlet‘, aprovechando ideas religiosas para llevarlas a un punto como de pintura, de cuadro, dotando de sofisticación a la muerte, el demonio y las sombras. Tiene su glitter, tiene su erótica, tiene su extravagancia pop. Un cruce entre la elegancia, el punk y el terror que la ha llevado a firmar uno de los mejores vídeos del año.
Por qué podría ganar: por ser el mayor exponente de estética de entre los vídeos nominados.
‘Houdini‘, Eminem
Eminem ha regresado para despedir a Slim Shady en un álbum que no ha conseguido convencer a la crítica, pero sí al público. El trabajo fue presentado con uno de los singles más juguetones de sus últimos años, uno que, como mandaba la temática del disco, recordaba a los dosmiles del artista. El clip en sí también nos lleva de vuelta a ese momento de nostalgia del Eminem más asalvajado, el veinteañero que jugaba con los conceptos de super-héroe, dibujo animado y barroquismo conceptual en sus clips. ‘Houdini‘ hace homenaje tanto al personaje como a la cultura de los vídeos de MTV más clásicos.
Por qué podría ganar: por ser el clip que más recuerda al concepto de ‘inversión en el vídeo.
‘Snooze‘, SZA
Con la colaboración de Benny Blanco o Justin Bieber -menuda alegría de clip para Selena Gomez, vaya-, SZA continuó el strike de vídeos de buena factura para su segundo álbum, ‘SOS’, con este smash R&B que la confirma como la principal estrella del género a escala global. Y una de las pocas, dicho sea de paso, en sacar el género del consumo más nicho en los últimos años.
‘Snooze’ presenta varias historias de amor a lo largo del clip, con un final que deja abierta la posibilidad de que todas ellas fueran imaginadas por una inteligencia artificial en forma de robot al que trata de seducir, aprovechando para incluir coreografía. En tiempo en los que los vídeos han perdido peso, SZA demuestra que siguen pudiendo ser una gran estrategia de acompañamiento de la canción.
Por qué podría ganar: por saber crear un universo expandido para un single, que le de más fuerza a la historia que cuenta.