Nicole Scherzinger tiene tanto fango encima que parece recién salida de uno de los últimos capítulos de ‘Agatha All Along’. Ella no es que esté salpicada por él, es que es una tienda entera de alfarería antes de la cocción. Ella es Demi Moore en ‘Ghost‘, pero sin que nadie le manosee la espalda.

Resulta que, hace unos días, decidió cometer la doble torpeza de comentar bajo un post de Russell Brand (red flag) en el que aparecía con una gorra roja de estilo completamente pro-Trump en la que podía leerse “pon a Jesús primero de nuevo” (doble red flag). Y ella, entusiasmada, preguntaba dónde podía conseguir la gorra. Claro, en plena bomba de las elecciones americanas, quedaba expuesta como votante de Trump en apariencia. Una señora cuya fama, históricamente, ha sido sostenida en gran medida por el colectivo LGTBIQ+. Y claro, se lió parda.

Nicole tuvo la mala suerte de que su comentario se transformó en meme en redes sociales, colocándose bajo cualquier sombrero ridículo posible, con lo que no consiguió mitigar el efecto del comentario original con rapidez, y la mayor mala suerte de estar en todas las quinielas para llevarse el Tony a Mejor Actriz por su papel en ‘Sunset Boulevard’. Un Tony que, ahora, todos los expertos ven bastante más discutible, porque, de nuevo, Broadway está dirigido por una gran comunidad LGTBIQ+.

Así que Smellsweird ha corrido a sus redes sociales a compartir una… lo-que-ella-denomina disculpa, en la que no aclara nada más que que es prácticamente Sor Ángela De La Cruz y tira de un mensaje muy Paz-Padilla-coded sobre ElAmor®.

“Me disculpo profundamente por el daño causado por mi reciente participación en algunas publicaciones en las redes sociales. Cuando comenté estas publicaciones, cometí el error de no darme cuenta de que podían interpretarse fácilmente como relacionadas con la política y pido disculpas a cualquiera que, comprensiblemente, haya llegado a esa conclusión.

Se están haciendo muchas suposiciones que no reflejan quién soy, qué defiendo o a quién he votado. Muchas de las comunidades marginadas que se sienten heridas y preocupadas por los resultados de las elecciones presidenciales son personas que me importan mucho. Estoy con ellos, como siempre lo he estado, a lo largo de mi vida y de mi carrera. Si me conocen, lo saben.

Como tantos otros, en tiempos de adversidad e incertidumbre, recurro a mi fe. Creo que los mensajes con los que me comprometo tratan de animar a la gente a elegir el amor y la fe: «poner a Jesús primero». Para mí, Cristo encarna la paz, la compasión, la esperanza y, sobre todo, el amor incondicional, especialmente para quienes menos pueden sentirlo en estos momentos. Vengo de un lugar de amor, y siempre apoyaré los valores que nos acerquen.

Es muy importante que nos unamos con compasión y que nos amemos más que nunca.”

“Siempre apoyaré valores que nos acerquen”, dice Nicole mientras busca como hacerse con una gorra Trumpista sobre ese Dios que en Estados Unidos pone a gente a manifestarse frente a colectivos con pancartas cutres escritas en cartones. Claro, abierta la veda, no es la primera cagada tradicionalista en la que se pilla a Nicole: ya hizo un buen speech anti-abortista hace años cuando quiso hacer ‘Dirty Dancing’ y se han descubierto otros likes en redes sociales -por eso habla de ‘algunas‘ publicaciones- en las que se habla en positivo de políticas de Trump.

Si alguna vez más le preguntan, volverá a salir con ElAmor®. Que ya sabéis que si de alguien no os podéis fiar, es de alguien que justifica todo utilizándolo, o de alguien que os habla de “energías“. Lejos.

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