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Nicki Minaj sabotea los resultados de ‘Queen’ perdiendo los nervios en Twitter

Nicki Minaj sabotea los resultados de ‘Queen’ perdiendo los nervios en Twitter

Podríamos decir que Nicki Minaj lleva toda la semana haciendo el ridículo, esforzándose -en exceso- en hacer de su nuevo álbum, ‘Queen’, el disco más vendido de Estados Unidos de cara al siguiente recuento. Pero finalmente, no ha sido así. Las cifras no le dan a Nicki, que cierra su primera semana a la venta con 185.000 copias vendidas, conformándose con el #2, por detrás de las 205.000 de la segunda semana a la venta de Travis Scott.

Aclaremos los datos: suponen una bajada respecto a ‘The Pinkprint’, que abrió con 244m unidades, pero ojo, porque de ellas, 198m fueron ventas puras en 2014. Este 2018, Nicki apenas ha obtenido 78m unidades de ventas puras, en parte porque no tenía CD en tiendas y en parte porque las cifras han descendido significativamente en Estados Unidos este último lustro.

En resumen: que las ventas de Nicki Minaj en su primera semana, con medio día de recuento perdido por lanzarlo tarde y sin copia física, son estupendas. El problema es que Nicki se había propuesto dos objetivos obvios: el #1 de Billboard y superar las cifras del debut de Cardi B (255m), fallando en ambos terrenos. No hace falta que os hablemos del absurdo que es tratar de equiparar las cifras de un cuarto álbum con las de un debut, ¿verdad?

Pero Nicki está dolida, ha perdido totalmente el norte, y se ha encargado de sabotear sus resultados, prácticamente vendiéndolos de fracaso personal, a través de su último cabreo en Twitter. Vamos a ver qué es lo que cuenta.

 

Acusa a Travis Scott de tramposo, y expone a Billboard

La rapera afirma haber hablado con Travis y que él mismo ha aceptado que el #1 de la semana es en realidad ‘Queen’. Pues bueno, él habrá aceptado misa, pero el #1 es ‘Astroworld’, se ponga Nicki como se ponga. Y es que la artista acusa a Travis Scott de haber inflado las cifras de su trabajo utilizando dos triquiñuelas: la de regalar el disco con la ropa que se compra a través de la web (es decir, compras una sudadera e incluye una copia del trabajo), y la de utilizar a Kylie Jenner, pareja de Scott, para publicitar el ticket bundle de él, vendiendo que podrán conocerla a ella.

Bien, hay dos pequeños problemas con esto: el primero es que, por muy cutre que nos parezca la estrategia de usar a una Kardashian-Jenner para el autobombo, por ahora es legal, y por otro, que el tema de las sudaderas, erm… 

De hecho, habría que recordarle a Nicki que ella misma ha hecho «trampas» a lo largo de toda la semana: vendiendo el disco por 5 dólares con un póster y una suscripción a Tidal, incluyendo ‘FEFE’ después de publicado… en fin, ha sido una guerra sucia que, al menos, ha servido para dejar en evidencia algo más que a sí misma: el mess que Billboard tiene encima al computar ventas de álbumes, con la única intención de hacer ver que en Estados Unidos se mueven discos. Repetid conmigo: no se venden discos. 

De hecho, en otro tuit, la propia Nicki alude a que Billboard planea cambiar las normas de equivalencia de ventas, cuando se trata de este tipo de estrategias, porque según Nicki, 250m copias de Travis Scott se han vendido en dos semanas a través de sudaderas y tickets. Lo que realmente, lo diga ella o el Papa, es cierto que no quiere decir que el disco se esté consumiendo como tal.

 

La otra guerra: Nicki contra Spotify

En la segunda parte de su batalla tuitera tras el #2, Nicki Minaj carga contra Spotify, a la que acusa de no haberla promocionado lo suficiente, porque, según sus palabras, «la han castigado». ¿El motivo? Que Nicki Minaj pasó por Beats1, de Apple Music, para promocionar su nuevo álbum y pinchó unos cuantos temas del disco. El problema era que ‘Queen’ había visto la luz en Apple Music y Tidal, pero no todavía en Spotify, donde se estrenaría minutos después.

Según ella, la plataforma la ha penalizado por ese hecho, y compara su situación a la de Drake, a quien Spotify coló literalmente en todas y cada una de los playlist de la plataforma, en uno de los más bochornosos momentos de publicidad del servicio. Nicki dice «mientras a él lo metieron en todas las playlist, a pesar de tener un programa de radio semanal en Apple Music, a ella tuvieron que enseñarle una lección por estrenar los temas algo antes».

Llega incluso a alegar que la discográfica no levantó la voz para no dañar al disco de Ariana Grande, que se pondría a la venta una semana después.

Después de esto, mete de nuevo la pata y queda en evidencia, cuando trata de venderse como una de las principales artistas de Spotify. «¿Sabéis cuánta gente tengo suscrita en Spotify?», preguntaba en otro tuit. Pues sí, Nicki, lo sabemos, porque las cifras se pueden ver desde el perfil de cada artista: 12 millones, aproximadamente la mitad de suscriptores de Drake o Rihanna, por ejemplo. Y a pesar de tener cuatro veces más suscriptores que Cardi B, tiene 3 millones menos de oyentes mensuales que ella, cifras posiblemente más relevantes.

 

En fin, Nicki Minaj ha saboteado por completo los resultados de su disco, que de cara a la galería mediática son un absoluto fracaso, cuando en realidad son las cifras de un éxito sin peros, por toda una semana de demencial promoción y actitud ridícula en redes sociales. Nicki Minaj ha lapidado su imagen, la de su álbum, y ha quedado expuesta como alguien con un ego tremendamente frágil.

Horas después, obviamente, ha tratado de explicar que «todo era humor y sarcasmo» y pedía a la gente que se relajara. Ay, Nicki, una década de carrera y todavía no sabemos manejar las redes.

Si una persona no puede tener un teléfono, que le quiten el teléfono.

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