En 2015, la nueva banda pop-rock de Nika, quien fuera concursante de la segunda edición de ‘Operación Triunfo’, aparecía en nuestras vidas con su EP presentación, ‘Otra Dimensión’, y media docena de resueltas canciones que nos ponían los dientes largos de cara a un álbum completo.
Tras presentar el disco en directo por diferentes puntos del país, la banda lograba fichar por Sony Music, sello encargado ahora de su puesta de largo, ‘Nada Fue Casualidad’, que rescata algunas canciones de aquel arranque de hace un par de años, y la rodea de otras tantas nuevas que le dan forma al proyecto, producido con sabiduría por Kim Fanlo, quien fuera la mente tras la época dorada de Nena Daconte.
Antes de analizar más el disco, paremos para ver cuáles son nuestros tres tracks favoritos del mismo:
Suerte
El primer single de la banda para este álbum, ‘Puede Esperar’, sintetiza muy bien el concepto ochentero y divertido que quieren mostrar al público, pero ‘Suerte’ le da incluso mejor forma: tira de un estribillo más elaborado, demostrando que el grupo se maneja bien con las melodías directas, componiendo estribillos trabajados pero memorables y evidenciando que la métrica la tienen controlada para que resulte efectiva. Es complicado que el pop español se defina tan bien en frases cortas, y Münik firman en ‘Suerte’ el mejor uptempo de su álbum tirando de esa técnica.
Museo Particular
El tercer track del disco es claramente el stand-out de ‘Nada Fue Casualidad’, el corte que, por lo diferente respecto al resto, llama poderosamente la atención. La letra tiene un puntito Fangoria, pero es su producción relajada, traída de la electrónica ochentera más oscura, la que le aporta el gancho definitivo, ese navegar etéreo que lleva al que la escucha del principio al final de la canción y le deja con ganas de oír más material similar a lo largo del trabajo.
Héroes Sin Inventar
Un poco al hilo de ‘Esperar’ y ‘Suerte’ llega ‘Héroes Sin Inventar’, otro de los cortes uptempos del álbum, en el que el grupo cuenta la historia de una pareja que sí y no, que está y no, y que aprovecha los momentos juntos sin importar el resto. Mucho amor libre para otra canción del disco en la que explotan su lado más festivo, apoyados en una instrumentación bien controlada que sirve de hook tanto o más que el propio estribillo. Posiblemente, esta es una de las mayores bazas de Münik, de hecho. Es la versión indie-pop de lo que es un drop tropical en los temas dance de estos últimos años.
Sorprendentemente, ninguno de los temas que ya se incluían en el EP original del grupo ha pasado nuestro corte de favoritos, aunque no quiere decir que la banda los haya descuidado en el trayecto. De hecho, les ha sacado algo de brillo, y los ha incluido con pequeños arreglos añadidos. Entre esos temas, nos quedamos con el que cierra el álbum, ‘No Me Quiero Ir De Aquí’, una excelente balada de la banda que coquetea con elementos electrónicos y tiene un gusto exquisito para dar cierre al disco.
Lamentablemente, es posiblemente la única balada salvable. ‘Para Volver A Tí’ y ‘Otra Dimensión’, son, para describirlos de una forma que se entiende, canciones para Chenoa. Cortes amables pop-rock que no acaban de dar definición al proyecto y que podría cantar este o aquel sin problemas. Están muy faltos de personalidad.
Y ese, es de hecho, uno de los mayores problemas que podría tener Münik, el de perder el norte de lo que puede ser un proyecto excelente con la mira puesta en una dosis controlada de nostalgia: las tres canciones que hemos elegido, incluso el single y ‘Disparar’, el entretenidísimo corte que abre ‘Nada Fue Casualidad’, sirven a ese objetivo.
Pero la banda se desvía en las baladas, donde Nika canta mejor que interpreta, e incluso se pierde en ‘Esquimal’, una bonita colaboración con Alberto Jiménez, pero que tiene bastante más cabida en un disco de su banda que en el de Münik.
Como síntesis, nos quedamos con una frase de la primera de las canciones que hemos elegido: “se quedarán hasta el final los que naden mar adentro, en medio de la tempestad”. Münik tiene la barcaza en camino, y aunque rema con fuerza, todavía se ha dejado acojonar por los truenos. Nada que unos años más de trabajo y carrera no puedan solventar, y esperemos que los tengan, porque aún y con todo esto, ‘Nada Fue Casualidad’ es otra demostración de que el pop en español ha cogido carrerilla hacia un objetivo más que interesante: el de dejar de sonar a producciones de garaje.
