El exceso de Photoshop ha sido motivo de enfrentamiento entre artistas, revistas y creadores visuales en general en los últimos años. Meghan Trainor relanzó el vídeo de ‘Me Too’ tras darse cuenta de que la habían adelgazado en algunos planos, Kelly Clarkson expuso a una revista por quitarle cintura y piernas, Karol G se quejaba recientemente de un retoque espeluznante en una portada y podemos contar por decenas los casos en los que vemos excesivas alteraciones físicas en las portadas.
El último caso, el del último número de la revista Ebony, con Lil’Kim posando cual Real Housewife Del Olimpo en su página frontal. Ahora bien, agarraos porque la historia tiene matices. Resulta que Lil Kim no está demasiado satisfecha con el resultado, que efectivamente es un auténtico cuadro y podría ser ella como podría ser Ana Mena con una peluca morena.
“¿Quién es esa? Porque esa no es la fotografía que yo aprobé, ni ninguna otra del contenido que han lanzado. Siempre le dije a Ebony que parecía una ilustración pero no quisieron escucharme. Dijeron que les encantaba. Es sabotaje, si me preguntáis. ¡Lo gracioso de esto es que esto lo ha hecho su encargado de retoques!”
Sin embargo, ojo, el fotografo de la revista, Keith Major, ha dado otra versión de los hechos, alegando que fue a causa de Lil’Kim que las fotos terminaron así:
“Quería tener el control del retoque así que esto es lo que pudimos hacer.”
La verdad es que, si bien la portada es un auténtico espanto que tampoco acabamos de entender que la revista decidiera utilizar, solo hace falta darse un paseo por el Instagram de Lil’Kim para darse uno cuenta de que sí, la revista podra haber tocado las fotos en exceso, pero lo de quejarse de que una parece un Van Gogh en portada y parecer un Boticelli en todas y cada una de las fotos del muro suena raro.
Porque salvo en los vídeos, que también llegan cargados de filtros, no hay una sola foto de Lil’Kim en su feed que no parezca dibujada a carboncillo. No pone las cosas demasiado fáciles para terminar de creernos su versión de que fue la revista la que retocó todo sin su consentimiento.
