Miley Cyrus, intérprete de clásicos como East Northumberland High, planea el lanzamiento de su nuevo álbum, Something Beautiful, para el próximo 30 de mayo. Un trabajo que ella ha descrito como una ópera-pop y será un disco visual, con trabajo en vídeo para cada uno de los cortes que contiene. Una estrategia de Miley que busca poner el foco en el disco en sí, algo que históricamente le viene costando bastante. Aunque en esto, Cyrus es una estrella bastante poco al uso, porque su figura es mucho más popular que su catálogo. No os echéis ahora encima: claro que tiene hits, claro que sus discos se han vendido en condiciones, pero tiene una popularidad mucho mayor ella como performer y estrella que su catálogo. Un tanto Cher como concepto.
Con Something Beautiful, Miley parece querer volcar el interés del público en el disco como obra completa -recordemos que el fenómeno Flowers enguyó toda posibilidad de Endless Summer Vacation de brillar más allá- y para abrir boca lo ha presentado con la canción que, si esto fuera un popular festival, convencería al jurado. La que da título al disco.
Something Beautiful, el single, tiene un punto Macy Gray, tiene un punto All Saints, tiene también un punto Cher, pero de pronto culmina con un arrebato rockero, con Miley liberada que su traje de flecos y con el espíritu de ponerse a chocar guitarras contra el suelo si no fuera este proyecto uno que también valora la artesaria de la estética. Y no hay nada menos estético que romper instrumentos musicales, no estamos en 1983.
Al tiempo que la cantante ha presentado esta canción, también ha desvelado el adelanto de la siguiente, End Of The World, que si esto fuera un popular festival, sería la que está hecha para ganar el televoto. Porque una puede ser conceptual y ponerse artsy–fartsy, pero siendo esto un proyecto de alto presupuesto, tampoco es cuestión de convertirlo en un nuevo Miley Cyrus And Her Dead Petz y dejarlo sin opciones de hit. End Of The World, que podremos escuchar completa esta misma semana, parece ser la baza que convenza a radios y público tradicional, con un beat y unos ganchos aparentemente más accesibles que los de Something Beautiful.
Veremos si finalmente apuesta por hacer de ese tema el single focal o sigue desgranando el disco al mismo ritmo y deja en manos del público y del algoritmo de Spotify decidir si algo hitea o finalmente este trabajo se convierte en otro de esos lanzamientos suyos creados para, una vez más, poner a Miley Cyrus por encima de su colección, paradójicamente con ayuda imprescindible de ella.
