Pasemos al análisis de la segunda de las galas de año:

 

Los resultados


 

Finalistas


 

‘Bluffin», Liamoo

El tema pop-dance pegadizo de la edición ha caído este año en manos de Liamoo. El Melodifestivalen siempre tiene un candidato que, además de ir con un tema pop solvente, se quiere muchísimo y no duda en hacerlo ver en cámara. Y generalmente, ese tipo de propuestas tienen la final ganada (Benjamin Ingrosso, Danny Saucedo, Eric Saade…) porque si hay algo que le guste a Suecia es ver a un señor capaz de guiñar un ojo a cámara mientras hace movimientos espasmódicos y no pierde la afinación.

La propuesta llegó con una escenografía de luces y juegos de color un tanto manida a estas alturas del juego, y dependió absolutamente del gancho del tema y el del propio Liamoo. El año pasado, este juego lo jugo ‘Every Minute’ con mejores cartas, la verdad.

‘Änglavakt’, John Lundvik

Jonh Lundvik se hinchó a recibir los 12 puntos de cada porción del televoto demoscópico de anoche. Es que hasta los niños lo dejaron como el más votado, salvo los de 3 a 9 años, que eligieron a Álvaro Estrella. Y aún así, le dieron 8 puntos a Lundvik. Su balada en sueco no es la mejor de las propuestas con las que ha llegado al Melfest, pero aún y con esas, estuvo cantada con extremo gusto y elegancia, además de con mucha intensidad.

Descalzo en el escenario, Lundvik tiró del truco de los focos hacia su persona, jugó mucho con las luces llevando el ‘Voilà’ de Barbara Pravi al maximalismo, y cerró una actuación bonita, aunque no especialmente memorable de primeras. Su presencia y el hecho de que fuera de los más conocidos del cartel de anoche jugó mucho en su favor.

 

 

Segunda Oportunidad · Semifinal 5


 

‘Suave’, Álvaro Estrella

Como cada año desde hace prácticamente un lustro, Álvaro Estrella llega a las semifinales del Melodifestivalen a poner un poco de latin-pop al escenario. El problema es que su pop latino está estancado en la era ‘Bailando’ de Enrique Iglesias, que es exactamente a lo que sonaba el estribillo de ‘Suave’. Coge uno esa canción, le suma un puntito de Luis Fonsi, y ya tiene hecha la idea.

Toda la escenografía se acompañó de elementos latinos como rosas ardiendo, mucho rojo, mucho sombrero de Amador Mohedano, flamenco, lambada, then polka the salsa. Álvaro hizo más por la promoción de ‘Pasión De Gavilanes‘ que Telecinco durante la última semana. Evidentemente, fue todo super cringey, pero en 2001 lo hubiéramos dado todo con esto en un ‘Disco Estrella’.

 

‘My Way’, Tone Sekelius

Lo cierto es que el pase de Tone Sekelius no lo vimos venir: apareció en el escenario vestida de Carmen Sandiego, con sus bailarines en pijama y entonando una balada. Pero de pronto, boom, aquello era un número excesivamente uptempo al que la escenografía no acompañaba. E imaginamos que, ‘Drag Race’ style, habría un reveal debajo de la gabardina kilométrica. Y nos mantuvo pegados a la pantalla.

Pero de pronto, llegó el reveal y Tone quedó vestida con una cosa parecida al revenge dress de Lady Di. Ni unos brillantitos, ni un poco de color, con lo que esa canción pedía a gritos… Un tema que aboga por amar al verdadero uno mismo de cada uno, que consiguió el pase porque la semifinal bien iba necesitada de un poco de schlager y glitter, pero que podía haber resultado mucho más visual y colorista de lo que fue. Iba como demasiado en serio en el escenario.

 

 

Out


 

‘I Want To Be Loved’, Samira Manners

Por favor, que alguien abra las ventanas y deje pasar a un montón de palomas que nos caguen encima y nos dejen sordas y ciegas. Porque… aburridísimas. Este tipo de perfil de chica que cantaba como si tuviera el tapón de un boli Bic en la tráquea creímos que ya había pasado de moda cuando superamos a Lena, Diana Vickers o Ellie Goulding, que acababan cada verso con una especie de hipo vocal como si fueran Shakira en una fiesta del helio.

Añádase a esto que Samira se presentaba sobreactuando con una canción sacada del diario de cuando cumplió 16 y.. madre mía, ese espíritu de girl-next-door que está sufriendo porque quiere el cariño de toda esta gente, mirando a cámara entre lloros fingidos… Next.

 

‘Face In The Crowd’, Browsing Collection

Browsing Collection se trajeron su mejor pop rock al escenario y, la verdad, quedamos muy sorprendidos de que se quedaran fuera en una semifinal tan poco lúcida. Las chicas empezaron un tanto desafinadillas, pero tan sólo por su energía en el escenario y por su espíritu punk-pop de Avril Lavigne en cualquiera de las mismas etapas de su carrera, hubieran merecido más reconocimiento.

Cierto es que pusieron un poco de diversidad a la noche, por mucho que la diversidad sonara a banda que toca en un evento de inauguración de un Bershka.

 

‘Tror Du Att Jag Bryr Mig’, Niello & Lisa Ajax

Pobrecitos Niello y Lisa Ajax, que venían ellos con su buen rollo, sus colorinchis y su peluquería a derrochar un foco de fantasía en el escenario… y terminaron quedándose fuera de la final. La actuación, tampoco nos engañemos, fue un importante mess más allá de la canción, pero es que en una semifinal tan pobre nos vino tan bien una dosis de colores pastel y absurdismo pop, que no pudimos resistirnos a su encanto.

La propuesta escénica era como llevar una carátula de The Saturdays a la vida real. Como si hubieran montado una fiesta de cumpleaños en un piso de estudiantes y la temática fuera «fiesta de 2002, elige tu propia aventura». Mucho fleco, mucha filosofía «don’t bore us, get to the chorus» -que dirían Roxette-, pero poco efectismo entre el público sueco.

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