Tercer semifinal de la más atractiva de las preselecciones eurovisivas europeas, la sueca, y todo sigue apuntando a una elección interna de Benjamin Ingrosso ejecutada con disimulo mediante varias semifinales: el nivel de esta tercera ha sido absolutamente ridículo, muy a la altura de cualquier preselección española, y no está siendo una excepción en lo que va de Melfest: ninguna de las galas ha sabido brillar como debiera.
Con las cosas así, arrancamos el análisis de la noche con nuestro scoreboard y la valoración de cada actuación:
Martin Almgren | A Bitter Lullaby
Es lo que sacas al mezclar a Ed Sheeran y Rag’N’Bone Man en una coctelera y le haces cantar un tema con cierto saborcito folkie, que sí, visto el nivel de la gala no fue lo peor de la noche, pero lo veíamos de cabeza en el Andra. No fue así, y el público sueco optó por enviarlo directamente a la final tras una actuación hiper sobria, donde él, su cara de pena y su modelito de maxiblusa acapararon la atención. Bueno, la canción también.
Jessica Andersson | Party Voice
Jessica Andersson ha participado en el Melodifestivalen en más ocasiones que el propio país entero en Eurovisión. De hecho, se rumorea que la sueca tiene una habitación propia donde poder pernoctar entre edición y edición, para no perder demasiado tiempo llegando al plató. Andersson, de hecho, ya representó a Suecia en Eurovisión con su grupo Fame, pero desde quedaron quintos pues ahí sigue, intentándolo en solitario. Este año ha pasado directa a la final con la mayor petardada de la gala, de diva de coreografía y ventilador, sin mucha chicha en su limoná, pero al menos, con un número entretenido de ver.
Méndez | Everyday
Este número en spanglish que suena completamente a rip-off de cualquier tema rándom de Enrique Iglesias partía, por algún motivo que escapa a nuestra lógica, como uno de los favoritos de la noche. Méndez, sin embargo, ha tenido que conformarse con tener una segunda oportunidad tras vestir su canción de cortes latinos con coreografías de Son De Sol. El simple hecho de que este señor esté ahí ya es una auténtica brujería.
Moncho | Cuba Libre
Pero ojo, porque no ha sido el único tema de componente latino en tener un segundo pase en el festival: Moncho también consigue un pase con ‘Cuba Libre’, confirmando que los suecos tenían el teléfono móvil en el culo y estuvieron votando a pedos, dando lugar a semejante clasificación. Que este tema haya pasado por delante de dos de las eliminadas es, como poco, de un ridículo espantoso. Lucía Pérez estaría orgullosa de la actuación de Moncho.
Kalle Moraeus & Orsa Spelmän | Min dröm
Y para numerito folkie, este espanto promocionado por cualquier marca de cerveza al llegar el verano. Bueno, más bien al término del mismo, cuando ya llevan una cogorza encima que no hay grados de alcohol que sepan identificarla en una escala. Porque vamos, cómo habían de ser el resto de canciones presentadas al casting de este concurso para que este se haya colado en una de las finales, Dios bendito.
Dotter | Cry
‘Cös I gøt issūes, bût yōu got ‘êm toō. La versión en clave Bjork oceánica de la canción de Julia Michaels se quedó fuera de tener otra posibilidad, y eso que fue de lo mejor que se presentó anoche. Claro que hubo dos cosas que corrieron en su contra: la aburridísima presentación de Dotter y su hórrido descontrol vocal al cantarla. Y ya sabemos cómo se penaliza una mala interpretación vocal en el festival, por mucho que en el tema haya dónde rascar.
Barbi Escobar | Stark
Evidentemente, seguimos sin perdonar al Melodifestivalen y a su público que dejaran fuera a alguien llamada Barbi Escobar, que podía haber sido hija de un desliz de Manolo y la Nancy Sueños Tétricos. Lo cierto tampoco debería extrañarnos: cómo el público iba a conectar con alguien que miraba a cámara y parecía la parca yendo a visitarle. La canción, ‘Stark’, fue, objetivamente, la mejor canción que se presentó anoche, pero claro, era complicada de vender con semejante envoltorio.