No parece que la discográfica de Meghan Trainor tenga demasiadas expectativas con el tercer álbum de la cantante, después del fiasco comercial de ‘Thank You‘ y especialmente de su tercer single, ‘Better’, cuya posición en listas fue la del cariño de toda esta gente.
El caso es que la cantante ha vuelto, sin hacer demasiado ruido o crear exceso de expectativas, algo que puede correr muy en su favor en el fondo, con su nuevo single, ‘No Excuses’. Seamos claros: el tema es un auténtico bop de ciertos toques retro y estribillo infalible. Breve, directo, y sin andarse por las ramas. Busca triunfar.
Busca tantísimo funcionar bien, que apenas supera los dos minutos y medio, con lo que está preparada para huir del botón skip de la era streaming. No da ni tiempo a plantearse pasar la canción, porque para cuando uno se decide, la canción ha terminado. Y para colmo de impacto repentino, Trainor ha lanzado el vídeo oficial al mismo tiempo que el single. Suma de puntos de streams, en busca de una entrada medianamente potente en listas, al menos en Estados Unidos.
Y ahí es donde uno se empieza a preocupar por ella: la inversión en el vídeo, carátula del single o producto en sí, tiende a cero. El vídeo -y en cierto modo también el single- es una rotunda vuelta a la casilla de salida: se plantea como un make-or-break para Meghan. No se hace un gasto excesivo en el proyecto, porque si sale bien, ya se hará en el siguiente, y si sale mal, se le da carpetazo sin haber exprimido la cartera del sello. Cosa que no entendíamos, hoy mismo, por ejemplo, con lo último de Iggy Azalea, un previsible flop que, a pesar de todo, cuenta con un vidiazo.
Meghan vuelve a debutar, vuelve a intentar convencer con un tema que funciona como hit, pero que no es tan interesante como lo era ‘No’. Va a lo que va, sin riesgos, sin intereses más allá: la Meghan Trainor de ‘All About That Bass’ con una canción bastante menos irritante y funcional.