Kelly Clarkson estaba sumida en una encrucijada al término de la promoción de su último álbum, o más bien de la reedición del mismo, que la liberaba de su relación con RCA, la discográfica que la había cobijado desde ‘American Idol’, pero con la que Kelly decía mantener una relación similar a la de un “matrimonio concertado”. El sello puso una nueva oferta sobre la mesa, pero Clarkson, en un giro argumental bastante inteligente, decidió apostar y abandonar la empresa, fichando por Atlantic, sello de Warner, que le prometía una mayor libertar creativa.
Y seamos sinceros, Clarkson no podía volver a lanzar un álbum pop-rock del estilo de sus últimos lanzamientos, visto el fiasco comercial de ‘Piece By Piece’, subsanado, en última instancia, por el fugaz éxito del single que le daba título, después de una emocionante aparición en, casualidades del destino, ‘American Idol’. Por tanto, la estrategia de cambio de sello venía con la condición de un cambio de estilo, y Atlantic prometió un álbum de Soul y R&B para la cantante.
Ya dijo Kelly que en ‘Meaning Of Life’ quería recuperar el espíritu de las actuaciones que la hicieron famosa en aquel plató de la FOX, y en ello no ha fallado el tiro, porque el disco suena exactamente a cómo imaginábamos que lo haría ‘Thankful’ hace ahora casi 15 años.
Antes de continuar hablando del disco como unidad, pasemos a repasar nuestros tres cortes favoritos del mismo:
Slow Dance
Es, ya lo avanzaba la propia artista en la presentación del disco, el tema más sexy del trabajo. Y, visto que estábamos en un periodo de cambio de aires, hay que decir que a Clarkson le sienta de maravilla el papel. Principalmente, porque vocalmente es una maquina capaz de adaptarse al mood que le de la real gana, y ‘Slow Dance’ es buena prueba de ello. Con un BPM bastante distanciable del del resto de canciones de ‘Meaning Of Life’, la canción llama inmediatamente la atención. “No me voy a ir contigo a casa, pero puedes darme la mano. Podemos ir despacio y enseñarte cómo bailar lento”, dice una sugerente Clarkson en el estribillo.
Would You Call That Love
Clarkson nunca ha sido conocida por funcionar especialmente como cantautora: suele meter mano en un pequeño puñado de canciones en cada disco, y el único en el que fue autora de prácticamente el trabajo completo fue el que es aún es recordado como su mayor fiasco comercial, ‘My December’. En este ‘Meaning Of Life’, también colabora en canciones contadas; una de ellas, esta junto a Greg Kurstin, que saca lo mejor de ambos y terminado firmado como un buen número pop. Lo curioso de la elección de este tema es que, siendo un disco en el que descubrimos otra cara de Kelly, suena bastante similar a su trabajo previo con RCA y bien podía haber encontrado su lugar en un hipotéticamente mejor ‘Piece By Piece’.
Medicine
Clarkson ha confirmado ya que el segundo single del trabajo será este número uptempo inspirado en el ‘Emotions’ de Mariah Carey, según palabras de la propia intérprete. La influencia se deja notar en los coros que acompañan a un poderoso estribillo al que sigue un segundo casi rapeado que alarga el efecto pegadizo de ‘Medicine’. Kelly, en un ritmo casi eurovisible, se deshace en elogios con un amor pasado: “casi me había olvidado de ti, ni pienso en ti, ni hablo de ti”. Un poco de girl power en una canción de efecto inmediato que es una sabia elección como corte promocional.
Con lo que lo más “soul” de nuestras elecciones pasa por ‘Slow Dance’, evidenciando que en el cambio de Kelly Clarkson del pop-rock al pop-soul, se ha perdido algo de alma por el camino. Y sí, efectivamente, suena a lo que esperábamos de ‘Thankful’ hace década y media, pero con todos sus pros y contras. ‘Meaning Of Life’ es más bien Clarkson jugando a sonar soul que sonando realmente a ello. Prueba evidente del tropezón son el primer single, ‘Love So Soft’, que pierde el groove con una producción algo enlatada y predeciblemente pop (inevitable recordar el material de Meghan Trainor) o ‘Whole Lotta Woman’, tan americanizada, tan tejana, que casi parece paródica.
La negrura de Kelly es un poco como cuando en ‘Tu Cara Me Suena’ pintan a los concursantes con betún, y aunque da el pego en canciones como ‘Didn’t I’, con arreglos algo más contemporáneos, en otros cortes como ‘Heat’ o ‘Don’t You Pretend’ tiene un toque muy amateur. Y claro, es que aunque ‘Meaning’ sea el séptimo disco de la cantante, es realmente el primero en este sentido. Habrá que dejar el proyecto reposar y ver si el estilo funciona mejor en próximos lanzamientos.
No nos entendáis mal, se trata de un disco entretenido, claramente disfrutable y con algún golpe de lucidez a lo largo de un setlist de 13 temas y una intro, que hoy día bastante es para una cantante de pop. El problema ha sido más de marketing: poco soul se intuye, por ejemplo, en ‘Go High’, prácticamente un tema de Dua Lipa; y las baladas del disco, donde la cantante también deja clara una notable mejoría en su potencia y rango vocal, no son de una epicidad indiscutible, sino simplemente correctas. A Kelly, en este sentido, se la veía venir demasiado. En todo caso, si quieres disfrutar de ella con el tempo más relajado, apuesta por ‘Cruel’, que es bastante mejor que ‘Move You’, por ejemplo, o que ‘I Don’t Think About You’, donde narra su ruptura con RCA.
Por esta vez tiene un pase, pero si este es el camino a seguir, Kelly debería tomar nota de gente que está haciendo soul de forma menos industrial. Por el momento, ‘Meaning Of Life’ es un postre relativamente apetitoso, pero que no tiene el sabor de uno salido de un horno casero. Aún se vislumbra demasiada fabricación en cadena en el proceso, por muy liberada que se venda Kelly en él.