Marina ha vuelto. Diamandis, no Jade. Aunque Jade también apareció recientemente en el podcast del muchacho vegano que está puesto por el ayuntamiento delante del micrófono. Pero ese es otro tema. Hoy nos ocupa esta otra señora, cuatro años después del lanzamiento de su último trabajo, Ancient Dreams In A Modern Land.
Diamandis ha vuelto con Butterfly, una canción que hablar de abrir las alas y despegar después de alguien la abandone a una, para mirar desde el cielo azul aleteando y decir, escupiendo hacia el suelo “pues jódete que estoy viva”. Sí, estás viva siendo un insecto, con el agotamiento que eso trae por tele que estar aleteando y comunicándote por la vibración de las antenas, como si fueras la señal de Jazztel. Pero viva. Seamos capaces de valorar la situación igualmente.
Aunque Marina no ha decidido darle al vídeo de Butterfly una visión tan realista del asunto. En cambio, ha apostado por el “mira, esto es lo que te estás perdiendo”, pero muy marca de la casa. Lo que quiere decir que Marina está SECSI, pero no el típico SECSI al que estamos acostumbrados. Ella muestra todo su poderío, pero lo hace como si posara para la FHM en el Chicago de 1918. Ella es Velma Kelly antes de acabar con su hermana, cuando todavía tenía presupuesto para corsés caros y vestidos de flecos que después reciclaría Kylie Minogue en su etapa Showgirl, quitándole la sangre con un chorrito de Sanytol.
Y así, posando de formas imposibles encima de un sofa, delante de un foco, en habitaciones decoradas como si estuvieran pensadas para el catálogo de Ikea de El Tiempo Entre Costuras, Marina echa a volar en su nueva era.
Será tu rollo si: tu idea del amor es la de un libro de autoayuda llamado ‘Si Tu Novio No Te Mama El Culo, Pa’ Eso Que No Mame’; llamabas Marco Aldany a cada chico de 20 años que te hiciera las mechas en la franquicia; tomas el café sin azúcar ni edulcorante.