Ojito con Stella Bulochnikov, manager de Mariah en los últimos años y encargada de que la cantante se encontrara en el peor momento comercial de la artista -aunque seamos honestos, también la encargada de hacerla salir de gira, aunque fuera con esos shows de fin de curso que se monta-. Carey despidió a la operadísima señora hace un tiempo para empezar una andadura con Roc Nation que, por el momento, ya está dando frutos a nivel estudio y a nivel textil, y Stella no piensa pasar página sin batallar contra la diva de clásicos como ‘Daydream Interlude’. ¿Y qué va a hacer?
¡Va a demandar a Mariah por acoso sexual!
Sí amigos, Mariah Carey ya tiene su propia Tonya Saint-Cheese, ya puede ir contra su manager y las espadas están el alto: y no, Stella no le habrá robado dinero, pero bien podía haberle robado sostenes, porque la señora alega que Carey «practicaba actos notablemente sexuales frente a ella» y «rara vez llevaba ropa». Chica, es Mariah Carey, qué ropa iba a llevar, si mientras Stella organizaba su agenda, el estilismo de la cantante eran unas bragas con cristalería y un sostén.
Pero las cosas no quedan ahí: la manager va más allá y ha acusado a Mariah Carey de «estar malita», de «no estar bien», de «tener un problema». Vamos, que dice que la cantante abusaba de substancias, y no precisamente de la hierbabuena, la cayena y el tamizado de azúcar. Se refiere a drogas. DRO-GAS. Chica, es Mariah Carey, como no va a ir colocada si la haces promocionar ‘I Don’t’. Vamos, nos hacen a nosotros actuar con eso y ya os decimos que nos inyectamos hasta Bitter Kas en las pupilas.
En fin, veremos hacia donde se dirige la historia, porque todas estas acusaciones llegan originalmente porque Stella considera que Mariah la «despidió en mitad de su contrato» sin aparentes motivos. Y mira, no estamos nosotros en el entorno de Carey, pero así, a bote pronto, se nos ocurre una docena de motivos que justifican el despido de Stella Bulochnikov.
