Ya lo decíamos al hacer la crítica del último álbum de Madonna: la cantante había recuperado ese groove con el que cada uno de sus lanzamientos servía como sorpresa o mantenía cierto nivel de interés de su público. Así, cuando el segundo single de ‘Hard Candy’ se limitaba a ser un photoshoot en movimiento, el de ‘MDNA’ una basicada homoerótica en blanco y negro y el de ‘Rebel Heart’ mantenía el nivel pero se pasaba de hortera, la era ‘Madame X’ está regalándonos una videografía incombustible.
Hemos tenido el vídeo de popstar de ‘Medellín’, el del control de armas para ‘God Control’, una crítica a la iglesia en ‘Dark Ballet’, y vale, sí, el vídeo de ‘Crave’ que era un homenaje a Nueva York pero que no tenía mucho más. En ‘Batuka’, el último de los clips salidos del álbum, Madonna vuelve a tirar de contexto político social, y rinde homenaje al género musical, nacido en Cabo Verde.
En la época del esclavismo, las mujeres tocaban batuka y se les negó el derecho a tocar la percusión porque se consideró un acto de rebeldía. A pesar de ello, las mujeres continuaron percutiendo con su cuerpo y la batuka sobrevivió hasta hoy día, cuando sigue siendo un estilo de lo más aprovechado en el pop y el urban.
De hecho, en él se basa el tema de Madonna, al que sí, le sobra algo de minutaje (lo veíamos mejor a modo de interludio que de canción completa), pero en cuyo vídeo podemos ver a un grupo de mujeres del país siendo homenajeadas, a la vez que homenajean a sus antepasadas. Una colección de imágenes preciosas, con momentos emocionantes y otros más divertidos, como ese en el que Madonna emula a Mila Ximénez con una botella en la cabeza.
‘Madame X’ es monitora de aerobic, madre coraje, mimo, artista de varietés, estilista, community manager, pero por encima de todo… sigue siendo interesante.