Después de lo complicada que fue la gira de ‘Madame X’, la verdad es que no dábamos un duro por la realización completa del ‘Celebration Tour‘ de Madonna. La cantante anunció 80 fechas para el tour y la ha llevado a cabo, callándonos a todo la boca, a pesar de haber sufrido una infección casi mortal que la obligó a posponerla unos meses. Dramas aparte, este tour de conciertos ha servido a la artista para celebrar sus cuatro décadas en activo, para evidenciar -una vez más- su impresionante catálogo y también su capacidad en el escenario, Piedra Rosetta de cualquier popstar de la actualidad.

Anoche Madonna ofreció el show número 81 de la gira. Un espectáculo gratuito en la playa de Copacabana en Rio de Janeiro, que se esperaba el gran cierre de la gira… y posiblemente también el de los tours tan a gran escala de la propia cantante, aunque esto no sea más que un rumor que podría no confirmarse así. Pero, la verdad, imaginamos a Madonna en directo en escenario más selectos y a menor escala en los años venideros. Como hizo, precisamente, durante la era ‘Madame X’.

El concierto de Madonna en Rio revolucionó la ciudad y reventó en público: se estima que 1,6 millones de espectadores la vieron allí in situ, más todos aquellos que pudieron disfrutar del show en dos emisiones televisadas a tiempo real. La última invitada de Madonna en el escenario fue una brasileña de pro, Anitta, que se sumó a ella durante el ballroom de ‘Vogue‘. No fue el único elemento homenaje al país que la asistía: Madonna tiñó parte de su vestuario con los colores de la bandera del país y se marcó una samba en ‘Music‘ con Pablo Vittar y una escuela infantil de samba.

La reina del pop repasó toda su carrera discográfica a excepción de un álbum que pasó por alto: ‘Hard Candy‘. Nada del trabajo figuró en el setlist, y aunque ‘MDNA‘ y ‘Madame X‘ tampoco tuvieron su propio momento, al menos aparecieron en las interpolaciones de ‘Give Me All Your Luvin‘ en ‘Bitch I’m Madonna‘, la de ‘Girl Gone Wild‘ en ‘Like A Prayer‘ y la de ‘I Don’t Search I Find‘ como interludio. El álbum más R&B-pop de la artista no sonó ni de fondo.

Sí se repitieron los homenajes a Michael Jackson, la justicia a ‘Nothing Really Matters’ como apertura del show y el reconocimiento a ‘Erotica‘ o ‘True Blue’ (los discos con más tracks del espectáculo). A lo largo de 27 canciones, Madonna dejó constancia histórica de su legado, su leyenda y su poder en el show bussiness.

Como dijo ella misma una vez: “creo que lo más controvertido que he hecho jamás es seguir aquí”. Y vaya si ha seguido.

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