Social Order Kween Sofía Ellar llevaba semanas con una peluca negra y fingiendo ser desagradable en redes. Fingiendo, imaginamos. La cantante había arrancado lo que claramente era una campaña de promoción para Dios sabe qué, pero llevaba el personaje al extremo, apareciendo vestida de esa guisa incluso en la gala de Los40 Messy Awards. El personaje se hacía llamar Mademoiselle Madame y aunque el mundo llevaba días girando con normalidad, al anunciar Sofía Ellar un evento en unos céntricos cines de Madrid para presentar el proyecto completo, estallaba la bomba en Twitter.
Nadie daba crédito a semejante movimiento de marketing para presentar algo: primero, por el tufillo a cutrerío del mismo, que es de lejos lo más Amaro que una artista A-List ha hecho en España en los últimos años. Que nos dicen que es una campaña para el último single de Yurena y nos lo creeeríamos. Segundo, porque a Sofía no le pegaba nada ese giro argumental, alejado de su target esencial: el cayetanismo pseudo-hippie que lucha por el medio ambiente comprado chía bio-friendly en los pasillos del M&S. Sí, viaja a Cardiff para comprar la chía.
Y así, ayer por la tarde se descubrió todo el pastel de Mademoiselle Madame.
¿Pero quién demonios es Mademoiselle Madame?
Horas antes del evento en Madrid, la revista Hola lanzaba en su web una im-pa-ga-ble entrevista con Sofía Ellar, en la que ella arrojaba luz sobre el proyecto:
“Mademoiselle Madame es un ser que está perdido y ha caído en el abismo dejándose llevar por malas influencias: incapaz de pedir ayuda para salir de los baches que todos tenemos, y es por eso que todos somos Madame.
He tenido que hacer el papel de mi vida. Es la representación visual y musical de una persona que está perdida y no es capaz de recurrir a las herramientas necesarias u óptimas para salir de ese agujero negro. Este corto compuesto de tres canciones cuentan una narrativa precedente a lo que vendrá después, que es ese álbum en el que llevo trabajando tantos meses: ‘Libre’. Sofía Ellar se ha liberado del personaje de Madame y vuelve a ser la de siempre, la de todos, con sus canciones tan características. “
“He tenido que hacer el papel de mi vida”. Ella es ahora Penélope Cruz. Literalmente ha sido la misma persona, pero respondiendo a los fans con monosílabos en Instagram y con una peluca negra. De verdad, es que no podemos dar crédito a que se haya dado luz verde a todo esto. Lo mejor es que Sofía aprovecha el proyecto para anunciar ‘Libre’, su nuevo disco, en el que dice haberse liberado de Madame: un personaje creado por ella misma que le ha durado dos horas. Bendita libertad.
“El look realmente era algo que necesitábamos que fuese radical para que visualmente el público entendiese que algo pasaba en lo musical muy drástico. Si os soy muy sincera, a mí el look me encanta, el piercing me requetechifla (aunque como todos sabéis, tengo pánico a las agujas), y el tatuaje ¡pues lo mismo! A día de hoy ni tengo piercings ni tengo tatuajes, aunque en este experimento admito que me han divertido una barbaridad.”
Insistimos: el look radical consistía en ir vestida de Sonsoles de ‘Yo Soy Bea’ pero cambiando la bata por dos outfits fauxte-couture en blanco y negro. Apasionante ejercicio de aesthetics.
¿Pero para qué se ha liado hasta este punto?
Pues para presentar tres canciones alejadas del estilo habitual de Sofía Ellar. Es decir, que sus últimas composiciones junto a Álvaro Soler, que aparece acreditado en los temas, se salían un poco de su perfil de Conchita recogiendo brotes de aloe vera a las afueras de un Festival Botánico en Amsterdam y en vez de lanzarlas como un EP y hacerse un Jewel, ha montado todo este circo. Porque claro, si no cómo iba la gente a entender semejante distanciamiento artístico.
Lo cierto es que, de los tres temas, de apenas un par de minutos, ‘Fama’ es el que más se distancia de tener su sello. El resto hubieran sido perfectamente comprendidos por sus seguidores, por mucha producción fauxtempo con la que los haya revestido. Pero volvemos a decirlo: artistas como Belén Aguilera, Zahara, Nena Daconte… o vamos, prácticamente cualquier mujer de este país, han hecho ejercicios de experimentación sin necesitar enmarcarlos en un proyecto conceptual.
Y si lo han hecho, al menos lo han hecho con el mínimo criterio que les haya podido evitar un trending topic que no les gustaría haber sido.
El summum del paripé
El summum del paripé se da durante su presentación en Madrid, cuando la presentadora del evento (psicóloga experta en relaciones tóxicas -de verdad que no voy a hablar, Jorge Javier, porque con la tela que se puede cortar a este respecto con Ellar podríamos abrir un Pontejos-) habla con Mademoiselle Madame y la “increpa” por haberse comido a Sofía Ellar y haber dejado a sus fans sin canciones que los emocionaran, como ‘Bañarnos En Vaqueros’ o ‘Rock’n’Rolles De Chiquillos’. En ese momento, su alter-ego se quita la peluca y el público enloquece al darse cuenta de que quien se escondía bajo Madame era… ¡Sofía Ellar! ¡Había estado allí todo el rato! ¡Ella no pudo matar a Sonsoles porque Sonsoles era ella!
Ese Amaro Honorífico de Sofía Ellar en 2021 debería servir de referente a los artistas para que, cuando uno vaya a plantearse algo conceptual y en apariencia divertido, sepa poner el freno cuando pase la línea de lo un tanto ridículo. Y ‘Mademoiselle Madame’ ha pisado esa línea en varias ocasiones. Ayer directamente la salto como una loca. Une folle.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA DE VERDAD QUE ME PINCHAS Y NO SANGRO. https://t.co/7zT5QQC9rX
— 𝗼𝗱𝗶 𝗼'𝗺𝗮𝗹𝗹𝗲𝘆 ツ (@odiomalley) November 17, 2021