Dice Lucas que cree que Andy está siendo mal aconsejado por la gente que lo rodea ahora. Él. Dice él que Andy está mal aconsejado. Él, que acaba de entrar a Fiesta, el programa de los fines de semana de Emma García en Telecinco que siguen viendo Emma y García, para enfrentarse al mismo periodista al que dio una entrevista días antes y lucir Makivanaja.
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Lo más gracioso de toda la situación es que dice Lucas que él está siendo “acosado” y que él “no ha ido a ningún plató a hablar de nadie“, en referencia a las apariciones de Andy en El Hormiguero y El Tiempo Justo, donde dejó claro su mala relación con Lucas. El mismo Lucas que dio a Mediaset una entrevista para Infinity en la que tildaba a su compañero de vago e incapaz. El mismo que, reitero, le dio a Saúl Ortiz, periodista de Fiesta, una entrevista de veinte minutos y documentación, dice Ortiz, “sensible” sobre Andy. Es que no queda otra que reírse.
Vamos a hacer un breve resumen que nos lleve a la situación de este fin de semana en Fiesta:
- Andy & Lucas eran un dúo que solía ser popular en los dosmiles.
- Anuncian su tour de separación en 2025, una gira que evidencia las tensiones entre el dúo.
- Andy aguanta el tour sin abrir demasiado la boca, pero confirma el mal rollo justo después.
- Andy publica su primer single, Marioneta, que incide en todo este mal rollito.
- Lucas no da declaraciones en público, pero habla con montones de periodistas televisivos en las últimas semanas.
Y así, llegamos a Fiesta, donde Saúl Ortiz habla de que, después de darle una entrevista, le pide que la publique en tercera persona, como si no hubiera hablado directamente con él. Ortiz, como es obvio, le dice que así no puede publicar eso y que él era sabedor de que estaba siendo entrevistado.
Y ahí, Lucas le envía unos audios despectivos que ayer escucharon en Fiesta aunque no los pusieron en alto, siguiendo una estela telecinquera muy 2012. No hizo falta escucharlos, aun así, para entender que Lucas llamaba a Saúl lo que Aramís llamó a Lydia Lozano en la era Sálvame: La Chupapó. “Habrá que saber a cuántos se la has chupado para llegar ahí” es el mensaje que, se sobreentiende, le mandó Lucas a Saúl.
Y claro, Emma García le instó a disculparse en directo. Y Lucas picó ese anzuelo y la lió más: acusó a Saúl de picarlo en la entrevista —tampoco vamos a fingir que esto fuera improbable— y de llamarlo “ladrón” y “sinvergüenza“. Ortiz corta la llamada y Lucas vuelve a lucir necesitado de unas gotitas de litio y un cursillo de gestión de la ira.
Un bloque de publicidad después, seguramente asesorado por alguien con más sentido común, vuelve a llamar al programa para disculparse, sabiendo que está hundiéndose más en el pozo que él mismo se ha cavado con los años.
“Con la mano en el corazón, le pido a Saúl perdón por el audio que le mandé. Me salió una vena callejera que no es excusa, pero estoy sometido a mucha presión. Esas palabras no representan mi forma de ser, son muy desafortunadas. Quiero tender un puente y espero que aceptes mis disculpas“.
Lucas volvió a asegurar que lo que está sufriendo él y su familia —a la que si os fijáis usa siempre como escudo, especialmente a su hijo— es “bullying” desde hace tiempo. Lo que es, la verdad, es el fruto de haber sido un bocachancla sobreconfiado durante un montón de años. Y conclusión también de que ya no le quede gente bailándole el agua de la charca.
Buena suerte purificando esos lodos.