Meghan Trainor ha reeditado su último álbum, ‘Treat Myself’, para alegría de absolutamente nadie y jolgorio de cero unidades de seguidores. Tal es el entusiasmo por la reedición, que varias localidades de Tenerife han decretado varios días de luto oficial, adelantándose a su funcionamiento comercial. Ha sido en Tenerife, porque chica, es verano y nos apetecía fantasear con un lugar éxotico pero accesible.
Meghan ha presentado el nuevo lanzamiento con el single ‘Make You Dance’, con que el que aprovecha para recordar que esto del funky y eso disco lo avanzó ella antes de que otras consiguieran hacer de ello un éxito. Igual que le pasó con el doo-wop, su absoluta cima y al mismo tiempo ruina. Nadie quiere creerse una pin up por más de un año. Es agotador llevar ropa de topitos blancos y ponerse rulos.
Y esta Meghan disco-funk del tercer álbum pues llega… erm, rodeada de disco-funk hasta en la sopa. Vamos, soplas para apartar una mosca, y te das cuenta de que lleva lentejuelas y plataformas. Levantas un mantel, y salen cinco imitadores de Prince debajo del mismo, una de ellos insistiéndote firmemente en que no es Prince, sino Janelle Monae. Señora, es usted Prince.
Y claro, con semejantes expectativas de hacer bailar a, a lo sumo, Mariano Mariano, la inversión del proyecto ha sido la que ha sido. Una tela, una cámara con ojo de pez, una sábana. Poco más le ha hecho falta a Meghan para lucir sus encantos, posar sensualmente para sus fieles -en paz descansen- y mover las manos a ritmo de ‘Make You Dance’.
¿Que su carrera ha contado con mejores momentos a nivel de presupuesto? Pues bueno, sí. ¿Pero preferís vídeos con telas o a Meghan Trainor de vuelta en 1954? Pues entonces menos quejas y más darse al baile. Al final la canción es hasta entretenida.