El pasado fin de semana asistimos a la presentación del proyecto en solitario de Blas Cantó en la madrileña Joy Eslava. Como él dijo, para delirio de los fans presentes allí, el muchacho se dio a conocer con Auryn, pero también gracias a su paso por ‘Tu Cara Me Suena’, programa en el que mucha gente consiguió superar su perfil de ídolo de prepúberes, y colocarlo en el perfil de intérprete contundente.
Ahora, con un nuevo single en la calle, ‘Él No Soy Yo’, el muchacho afronta su paso del cuarto de siglo con una idea bajo el brazo y la intención de marcarse un debut que le otorgue un hueco en la industria española, con un álbum que le permite ganarse el pan saliendo de gira. Con el suyo, ya serán tres los chicos de Auryn que se han lanzado en solitario en el formato de álbum, puesto que Carlos Marco ya fue #1 con su debut, y tanto Blas como Dani Fernández tienen a punto los suyos.
Pero hemos venido aquí a hablar de nuestro libro, una obra escrita por Ana Rosa Quintana, sobreinspirada de un artículo de odiomalley.com que narraba los motivos para confiarle 2018 a Blas Cantó. Vamos a ello:
01 | Los vocals, a sus órdenes
Si algo llama poderosamente la atención en un concierto de Blas Cantó es que al cantante no se le queda una nota fuera de escala. Tiene un oído perfecto y escucharle desafinar es tan improbable como verle con el tupé despeinado. Lo cierto es que es un gusto porque, además, no tiende al abuso perpetuo de las florituras y es capaz de lucir sus canciones y el puñado de covers que interpreta sin salirse del tiesto y terminar pareciendo que intenta, en exceso, lucir sus cuerdas vocales. Posiblemente porque sabe que no le hace falta: estallan cuando han de hacerlo.
02 | Un puñado de buenos temas
Habrá una canción en su primer álbum que se come directamente con patatas al resto: ‘Sed De Ti’. Un corte con cierto encanto James Bond -o Tadeo Jones en España- con un estribillo contundente y con una melodía memorable. Tiene ese sabor clásico que parece ir a destilar toda la primera etapa de Cantó, pero es que además aprovecha por completo su voz. Entre el resto de canciones propias también destaca alguna que sigue la corriente folkie-pop de ‘Él No Soy Yo’, lo bastante Olivia Newton John de otra de sus nuevas canciones, y por supuesto, el propio single, un absoluto acierto de tinte eurovisivo que evidencia lo bien que le queda el pop en español.
03 | La tuna salmantina
Otro de los motivos para confiar en Blas este año es que, más allá de ir a animar a sus fans de toda la vida y un puñado de nuevos conocidos, lo que vende sigue siendo completamente apto para regalar el día de la madre. Blas sigue manejándose bien lejos de intentos pop como ‘Drunk And Irresponsible’ -excesivamente inspirada en el ‘Cake By The Ocean’ de DNCE- y guiña el ojo al público maduro con algunas baladas más clásicas que un cuadro de caza en un comedor de los 70.
Él, con sus gestos de galán de ‘Acacias 38’, atusándose el pelo mientras suena un piano, guiñando un ojo a cámara… vale, quizá estemos pensando de más en Sergio Dalma en ‘Bailar Pegados’, pero es un poco ese mismo perfil sin tantísima laca. O quizá con una mejor. ‘Complicado’ es la canción a tener en cuenta en este sentido.
04 | Las influencias de su espectáculo en vivo
Esperábamos encontrarnos a un Blas Cantó más palo de escoba, pudiendo por ende utilizar como referencia a Álvaro Soler, pero resulta que se maneja mejor de lo pensado en el escenario. Sí que es cierto que aún quedan nervios e inseguridades por sacudir, algún speech por pulir y otros pequeños detalles, pero Cantó se mueve entre lo Robbie Williams, lo Will Young y lo Justin Timberlake sobre las tablas. No nos malinterpretéis, le falta recorrido a su bola para conseguir llegar a ellos, pero sí desprende cierto aura de cada uno. Y la orquesta del último, al completo, básicamente. Blas Cantó & The Puente De Vallecas Kids. El hombre del bosque.
05 | Auryn
Blas escogió muy bien los temas de Auryn a interpretar en solitario: se dejó llevar por lo pegadizo de ‘Who’s Loving You?’, sin Anastacia pero con su corista, sacó el lado funk con ‘Lost In Translation’ y llevó al terreno flamenco uno de nuestros cortes favoritos del grupo, la simpatiquísima ‘Make My Day’, de su segundo álbum ‘Anti-Héroes’. Blas encontró en Madrid la forma de lucir los temas de su grupo sin dejar que eclipsaran a sus propias canciones. Muy bien.