Voy con un breve resumen de situación para que todos sepamos de lo que estamos hablando:

  • Lucas Curotto sale de la última edición. Quedó quinto.
  • Esta generación de OT, salida de Prime Video, está struggling un tanto, ¿no?
  • Socialité publicó hace unos días un vídeo de Lucas trabajando como camarero, apenas unas semanas después de terminar su gira. Que está también Socialité para hablar del desempleo ajeno, la verdad…
  • Lucas publicó un vídeo en redes hablando de su situación laboral.

El cantante apareció en sus redes para aclarar que sí, que está trabajando como camarero porque el alquilera no se paga solo y menos aún se paga considerando que Universal Music y su agencia de management, GTS, lo habían despedido semanas atrás. Lógicamente, como cualquier hijo de vecino, Lucas ha tenido que buscarse un empleo. Y muchos artistas han salido a apoyarle explicando que esa situación es mucho más habitual de lo que la gente considera en el mundo de la música.


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Lo de Lucas ha generado algo de revuelo porque es rarísimo que nos enteremos de que los triunfitos son despedidos. O bien se filtra la noticia o bien el público lo supone porque lo último que hicieron en activo fue una gala solidaria en Soria hace cuatro meses. Pero rara vez alguien aparece para hablar claro de la situación y decir “chica, voy a seguir haciendo música pero de mometno son estos chopitos los que me mantienen en pie”.

Y ahí es donde Lucas ha encontrado la virtud en toda esta problemática: afrontándola de frente, sin eufemismos, sin prejuicios, explicándole a su público –sort of– y a la gente en general que la vida es así y que él simplemente es uno más de los perfiles salidos de un programa que está tratando de buscarse las castañas. Una oportunidad dorada, porque al ser el primero que lo hace (de nuevo, ¿no os resulta este dato fascinante?), el público parece haber congeniado con él y empatizado tremendamente. De modo que Lucas tiene ahí la oportunidad de trabajar en nuevas canciones y presentarlas desde una realidad que la gente ya conoce y con la que podrían relacionarse más fácilmente.

La ventaja, además, es que Lucas tiene un perfil pop de lo más… erm, proletario. Lo suyo, hasta ahora, ha sido un pop-rock muy de andar por casa, que combina perfectamente con el perfil de persona que toca césped y sabe en qué mundo vive. La situación puede ser aprovechadísima. Con un buen proyecto y algo de ojo, Lucas podría darle la vuelta a la tortilla y conseguir, si bien no ser el mismísimo Juanes, tener una oportunidad más a pequeña escala.

Ahora bien, hay que tener también cuidado con cómo jugar esta carta. Porque de la misma forma que la honestidad en cámara de Lucas ha funcionado muy bien, también puede cruzar la línea imaginaria que separa la normalidad de la cutrez. De hecho, en las últimas horas lo ha hecho, publicando un vídeo con una canción tocada en directo que habla de su situación. Serving sketch de José Mota pero en clave de precariedad laboral. Sabemos que sigues trabajando en música… las prisas, como en este caso por convertir una situación en canción regulera, tampoco son buenas.

De modo que Lucas tendría también que pisar el freno y no dejarse llevar demasiado por el entusiasmo generado por su sinceridad. Porque es muy fácil pasar de la percepción generada en la actualidad a la que genera Ainhoa Cantalapiedra cuando dice que “ella también usa el metro”. Pudiendo elegir, mejor tener el pie en hacer de todo esto virtud.

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