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‘Liberation’ ha muerto: How do you solve a problem like Christina?

‘Liberation’ ha muerto: How do you solve a problem like Christina?

De los resultados de Billboard dependía, en cierta manera, descubrir si Christina Aguilera podía aferrarse, al menos, a su bastión original, Estados Unidos, y mantener en el país cierta dignidad comercial con ‘Liberation’. Sin embargo, con la publicación de las listas de esta semana, queda todo sentenciado: ‘Liberation’ ha muerto.

El álbum en el que Aguilera había trabajado durante 6 años se ha hundido apenas una semana después de ponerse a la venta, en uno de los más sonoros y escandalosos fracasos de la industria reciente del pop. Y no es la primera vez que le ocurre, porque la trayectoria de Christina está apuntando a la baja desde su tercer álbum de estudio, ‘Back To Basics’.

«Es algo increíble cuando algo funciona a nivel comercial. Tuve aquel éxito con ‘Genie In A Bottle’ y ‘What A Girl Wants’ y a pesar de ello me sentía desgraciada porque no conectaba con aquella música y no podía hacer nada para cambiarla. Es algo que he hecho y queda en el pasado, y veo a muchos artistas persiguiendo el éxito en listas. Después de morir, quiero que se le preste atención a la música y no a si tuve o no tuve éxito con ella, que vean si aguantó el pasó del tiempo», ha comentado la artista a LA Times.

El problema, Christina, es que de «no perseguir el éxito» a vender menos de 70m copias en todo Estados Unidos hay un largo trecho en el que se mueven centenas de artistas que sí conectan con su música y no se venden a las listas. El público da la espalda a la cantante, no es que fracase con un álbum -le ha ocurrido a Katy, a Britney, a Mariah, pero con cifras mucho mayores-, es que directamente al público no le interesa lo más mínimo.

 

¿Cómo hemos llegado aquí?

Como decimos, ya en el tercer disco de Aguilera, las cosas se torcieron: su reinvención vintage no convencía ni a la mitad del público de ‘Stripped’ y la cantante veía como, de sus cinco singles, apenas ‘Ain’t No Other Man’ cerraba trayectoria como un hit contundente. A pesar de ello, Aguilera tenía cuerda para rato, y pocos preveían que la cantante pudiera llegar a la espantosa situación comercial del momento.

Pero su sello la convenció para lanzar un ‘Grandes Éxitos’, y supuso la primera bofetada a la cantante; después llegó ‘Bionic’, segunda bofetada’, y ‘Lotus’, la tercera y más sonora, que dejó a Christina sin el apoyo del público pero tampoco de la crítica. La cantante parecía haber tocado fondo en aquella época, sin singles de éxito, con un disco de ventas por los suelos y abandonando la promo, de nuevo, con apenas un par de singles en la calle y sin prestar especial atención al segundo.

Es ese desapego con sus trabajos, esa reinvención constante la que ha confundido y alejado a los seguidores de Christina Aguilera, que han visto una enorme desgana también partiendo de Aguilera: la vocalista no deja de hablar de lo musical de sus discos, del trabajo que pone en ellos y de lo que pretende con cada uno, pero lo cierto es que ha abandonado los tres últimos -¿ha hecho algo con ‘Liberation’ tras la semana de salida?- al primer intento fallido.

El público no es tonto, y percibe que, por mucho discurso artístico con el que Christina haya vestido sus lanzamientos, se ha visto superada por el pasotismo generalizado.

 

En 14 días lo hemos damos por muerto

Y ojo, ella la primera. Como decimos, Christina Aguilera no puede hacer ver que es una artista preocupada por su arte si, una semana después de lanzarse ‘Liberation’, se queda sentada en el sillón de su casa esperando a que resurja milagrosamente. Una semana estuvo Christina promocionando ‘Fall In Line’, a pesar de que el single no estaba gustando y tenía muchísimo material más en el disco que poder presentar. Pero se ha ceñido a los mecanismos de la antigua industria, esa que conoció en ‘Lotus’ y sus predecesores, y que tanto ha cambiado en el último lustro, para su desgracia.

Si el álbum es un «todo», y si los singles no arrancan, que aprenda de Beyoncé, o de Justin Timberlake, o incluso de Britney Spears, todos ellos de su misma escuela, y presente varias canciones en directo, dejando que el público generalista llegue al proyecto completo. No puede uno apostar todo a una sola jugada, con 37 años y viniendo de encajar varias decepciones.

‘Liberation’ ha caído al #96 en Estados Unidos, al #95 en Reino Unido, al #50 en Alemania, #78 en Italia, al #40 en Australia y ya no es top100 en varios países, como Francia e Irlanda. Un horripilante fracaso, uno de los mayores de una estrella del pop digamos A-List, que difícilmente podrá salir del pozo. En Spotify, los resultados son de dejarnos con la boca abierta: apenas un millón, aproximadamente, por canción del álbum.

Son datos, por ejemplo, que maneja Izal con su álbum, sólo con los datos de España: Teyana Taylor, que no es precisamente A List, ya supera -por poner un ejemplo sus registros con un disco lanzado hace menos de una semana. El álbum conjunto de Beyoncé y Jay-Z, sin estar en lo más alto de su juego, multiplica por 5 los registros de ‘Liberation’.

Son datos muy -muy- malos.

 

No puede cancelar la gira

Otro de los problemas de Christina Aguilera se presenta de cara a los próximos meses: 24 fechas de gira por Estados Unidos desde septiembre a noviembre, cuando el disco, más que evidentemente, estará tremendamente en el olvido. La historia con la gira es que no puede cancelarse. Y no puede, porque si lo hace, ¿qué justificación tendría la presencia de Aguilera en la música actual? ¿Si sus álbumes no se compran, tampoco se escuchan y no es capaz de llenar un tour de pequeña escala, tiene sentido que siga dedicándose a esto?

No es la primera vez que Christina Aguilera cancela una gira: lo hizo en la era ‘Bionic’ para promocionar ‘Burlesque’, alegando que la pospondría, pero aquel tour jamás tuvo lugar. La artista sale al directo por primera vez desde 2006, ¡hace 12 años!, cuando presentó ‘Back To Basics’ en su gira más longeva. Esta, al contrario, será la más breve de su carrera, y la que escenarios más modestos pise. De nuevo, un dato curioso, el de sus escasos directos, para alguien que centra en su lado «artístico» la mayor parte de su discurso.

 

¿Cómo se soluciona un problema como Christina?

La cosa se presenta complicada para Aguilera, pero nuestra impresión es que lo más sensato sería recuperar la promoción del disco, tratar de relanzarlo con un par de temas extra, o directamente marcarse un Timberlake y lanzar algún single suelto de cara al arranque de gira, y después, con un margen de menos de 2 años, lanzar un nuevo álbum. No por probar suerte, sino por, paulatinamente, conseguir de nuevo enganchar a un público que ni recuerda a qué suena Christina, y menos aún a qué suena su directo.

Christina necesita estar presente: nada de descansos de un lustro, nada de retiradas anunciando estar en el estudio de forma perenne, nada de comportamientos de diva que cree que ya tiene una carrera hecha y anuncia galletas por pasar el tiempo libre: la triste realidad, es que a los 37 años, la carrera de Christina Aguilera son dos discos y medio de éxito, alguna colaboración y mucho titular de prensa por esto o aquello.

Si vamos a salir adelante, en lo musical, si realmente vamos a creernos eso de que «ha vuelto a conectar con su lado artístico», si es verdad que cree en el material que está publicando, que se lo trabaje, sin que se le caigan los anillos. Aunque, visto lo visto, parece que de nuevo, la semana de trabajo de esta década en el campamento Aguilera ha llegado a su fin.

 

Descanse en paz el disco con mejores críticas de sus 20 años en la música.

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