Lady Gaga arrancaba 2016 anunciando que dedicaría su nuevo álbum a una tía suya, Joanne, que murió en 1974. De forma casi inmediata, el público se dividió entre los que pensaban que Gaga se pondría, de nuevo, intensa de más, y los que creían que después de tocar tantos palos como un ebanista, un disco medianamente conceptual le vendría bien para centrar de nuevo su foco.
Y es que Gaga venía de sobreproducir ‘Born This Way’, la desastrosa era ‘Artpop’ y de ponerse adult contemporary en ‘Cheek To Cheek’. La cantante anunciaba estar en un estado mental mucho mejor que los anteriores, y haberse centrado en exponerse más, emocionalmente, en el nuevo trabajo, puesto que la influencia de su tía Joanne habría afectado a su familia de diversas formas, entre ellas, por algún motivo, habría ayudado a Gaga a superar sus adicciones.
En cualquier caso, si bien ‘Joanne’ terminaría siendo bien recibido por la crítica y cerrando trayectoria con unos 2 millones de unidades globales, quizá no terminó de ser el disco de comeback que Lady Gaga venía necesitando. Especialmente si contemplamos el impacto de ‘A Star Is Born’ el pasado año y este, y el de su banda sonora, que ya supera los 3,2 millones. Sorprendentemente, ha sido el cine el que ha vuelto a dar un boost a la artista, pero, ¿debió cumplir ese papel su álbum de 2016?
Vemos por qué romper una lanza a su favor en pleno 2019:
Porque tendría sentido como siguiente álbum de Gaga
El revival de Gaga, sorprendentemente, se ha dado con una canción de corte pop-rock, ‘Shallow’. Un baladón bien intenso, clásico en melodías y con cierto aire retro. Exactamente lo que Gaga ofrecía en su cuarto trabajo de estudio. ¿No tendría muchísimo más sentido un tema como ‘Perfect Illusion’ lanzado después del boom de ‘Shallow’? ¿Hubiera divivido tanto al público hoy día o hubiéramos asumido mejor un comeback en esa clave?
Obviamente, ‘Million Reasons’ hubiera seguido siendo clave para la acogida del álbum, pero es que la gran mayoría del álbum hubiera encajado muchísimo más en la Gaga post ‘Shallow’. Los arreglos más cercanos a lo americano, la aparente sencillez de las producciones, la Gaga más de andar por cada y menos disfrazada. Es posible que ‘A Star Is Born’ hubiera allanado más el camino al disco, pero, ¿es igualmente posible que ocurriera a la inversa, y que sin conocer ‘Joanne’, el contenido de la película no hubiera sido comprendido como lo ha sido?
Porque menospreciamos el potencial de sus singles
Oficialmente, del disco se lanzaron tres singles: ‘Perfect Illusion’, ‘Million Reasons’ y ‘Joanne’. El primero, como decíamos antes, fue muy discutido y no terminó de ser el hit que debía ser, a pesar de contar con una producción potente, un estribillo machacón y una actitud desbordante de Gaga. Puede que no fuera el momento de volver a girar el timón en otra dirección, pero ‘Illusion’ tenía mucha más madera de hit.
El segundo, terminó siendo un éxito en Estados Unidos porque se le hizo una promoción en condiciones y su performance en la Super Bowl terminó de poner la guinda en el pastel, y el tercero, pasó sin pena ni gloria incluso relanzado, pero al menos le dejó un Grammy en las manos a Lady Gaga hace unas semanas.
Sin embargo, el disco contaba con varios singles que debían haber funcionado bien: ‘A-Yo’ y ‘John Wayne’ se quedaron en lanzamientos a medias, cuando debían haber salido a competir con toda la maquinaria en marcha, y otros cortes como ‘Hey Girl’, ‘Diamond Heart’ o la muy retro ‘Come To Mama’ podría haber dado por finiquitada la promo del disco.
Porque supo de quién rodearse y expandió el efecto country-pop
Cuando Gaga puso sus ojos en la década de los 70 para ‘Joanne’, y quiso virar hacia el pop-rock -digamos que pensando más en canciones que en hits-, también puso la bala en varios colaboradores que ayudaron a dar forma a todo el trabajo. En el disco participan Mark Ronson, Florence Welch (‘Hey Girl’), Beck (‘Dancin’ In Circles’), Father John Misty (‘Sinner’s Prayer’), Bloodpop, Jeff Bashker (‘Diamond Heart’), e incluso una de las Haim en la percusión de todo el disco. No se puede decir que Gaga no se apoyara en la creme de la creme en la búsqueda de su nuevo ‘yo’.
De hecho, la publicación de ‘Joanne’ abrió la venda del pop de raíces americanas al resto de artistas -por no decir country, porque country tampoco es-. Después de él llegarían el ‘Younger Now’ de Miley Cyrus -e incluso su estupendísima colaboración con Ronson en ‘Nothing Breaks Like A Heart’, el ‘Rainbow’ de Kesha y el ‘Golden’ de Kylie. ¿Hubiera existido esta nueva fiebre por el country pop de no haberse expuesto antes ‘Joanne’?