En el año 2012, y con todo el retraso admitible en el planeta pop, veía la luz el último álbum de la primera era de Leona Lewis, ‘Glassheart’. Y sí, lo denominamos el último álbum, porque aunque la ganadora de ‘The X Factor’ rompería lazos con su sello discográfico tras un posterior álbum navideño, fue este el causante de que así fuera.
Por un lado, porque obviamente ‘Glassheart’ fue un fracaso comercial: el disco apenas vendió unas ajustadas 100m unidades en el Reino Unido -suficiente para un Oro- pero se quedó a menos de 6 veces lo que despachó ‘Echo’, que ya venia de sufrir un varapalo comparado a los más de tres millones de ‘Spirit’. Por tanto, el fiasco constante de su carrera hizo mella en la relación con Simon Cowell y su sello Syco, pero el retraso de la edición de su tercer álbum hizo aún más.
Leona venía de arrancar la grabación de ‘Glassheart’ al término de su ‘Labyrinth Tour’, y la idea era que el tercer disco viera la luz en noviembre de 2011. Después, en primavera de 2012 y finalmente, se acabó editando a finales de aquel año. De hecho, ante la tardanza de la aprobación del proyecto por parte de Cowell, Leona lanzaba ‘Hurt – The EP’ como adelanto de lo que estaba por venir; un single digital con 3 covers producido por Fraser T. Smith mientras estaban en el estudio.
Curioso, por cierto, porque tras ese pequeño EP, ‘Glassheart’ se convertiría en el primer álbum de la cantante en sólo contener canciones inéditas. Veamos por qué rompemos hoy una lanza a favor de un disco que no funcionó -ni siquiera vio la luz en Estados Unidos-, pero que fue esencial para dar forma a la Leona que escapó de Simon Cowell alegando que “las cosas se retrasaban mucho en la compañía, porque se había hecho demasiado grande”. ¿Entendéis ahora porque denominamos a ‘Glassheart’ el álbum que rompió su relación?
Por sus colaboradores
No sólo por la cantidad de gente que pasó por el disco, sino por la calidad de la misma. Vamos por partes; para empezar, pieza fundamental de la era ‘Glassheart’ fue Emeli Sandé, quien compuso ‘Trouble’, el primer single oficial del álbum, además de la eurovisible ‘I To You’ y algunas otras canciones que finalmente no fueron incluidas, como ‘Mountains’, que puede escucharse en Youtube, por ejemplo. Emeli incluiría la canción en su disco ‘Our Version Of Events’. Con ella, como un pack indivisible, iba también Naughty Boy, que también metió mano -sin Sandé- en ‘When It Hurts’.
En el álbum colaboraría, como decíamos antes Fraser T. Smith, responsable de hits para Sam Smith, Adele o Stormzy, pero también gente como Bonnie McKee (responsable de los mayores hits de Katy Perry en ‘Teenage Dream’), Rodney Jerkins (en plena resaca del ‘Telephone’ de Gaga & Beyoncé), Ryan Tedder (mano detrás de ‘Bleeding Love’) o el hoy denostadísimo Dr. Luke, autor del segundo single, ‘Lovebird’, que, lo que es el karma, supuso el fracaso más sonado de Lewis, al no vender ni 600 copias en su semana de lanzamiento, fallando el top200.
Como datos curiosos, un par: LP, que no volvería locos con su radio smash ‘Lost On You’ años después, metía mano en ‘Fingerprint’, el tema de cierre del disco, y Calvin Harris también colaboró en la grabación. Sí, tan y como era de esperar, ‘We Found Love’ iba a ser el single del álbum, después de la buena acogida de ‘Collide’ junto a Avicii, pero Lewis quiso darle otro tono al lanzamiento y apostó por ‘Trouble’, haciendo que Harris, enfurruñado, le terminara dando el single a Rihanna. La decisión se saldó con una clara ganadora.
Por el fascinante drama de ‘Collide’
Como decimos, las cosas entre Harris y Lewis no terminaron demasiado bien, después de que Leona le diera la espalda al DJ y productor, pero no fue el único con el que tuvo problemas durante la grabación de ‘Glassheart’. No hay nada que nos guste más en el pop que un tira y afloja dramático por derechos de autor, y la demanda que Avicii le coló a la cantante terminó en un acuerdo entre ambas partes que hizo de ‘Collide’, el tema de comeback de Leona tras ‘Echo’, una colaboración con el DJ.
Y es que Leona había editado la canción sampleando con todo descaro el ‘Penguins’ de Avicii, pero ni el DJ aparecía citado como co-autor de la canción, ni se le pretendían pagar derechos de autor. Un drama que terminó cuando la pareja lanzó el single como un feature, y Avicii figuró como co-autor de ‘Collide’. Otro dato curioso: tras el revuelo, la única versión del single que Leona dejó caer en ‘Glassheart’ fue un remix de Afrojack incluido en la versión deluxe, y eso que, con un #4, era el single de mayor éxito de la era. Todo fuera por ser peseteros y no pagar un extra al DJ.
Por la Leona electrónica
Leona Lewis dejó pasar ‘We Found Love’, pero ojo, porque tampoco grabó ‘Burn’, que acabaría en manos de Ellie Goulding, con lo que claramente, su ojo para detectar hits por aquella época estaba más bien vago. Aún así, el disco contenía algún que otro destello uptempo que vendía a una Leona más versatil, alejada del baladeo y con ganas de probar algunos otros estilos.
Así, en ‘Glassheart’ y ‘Come Alive’ jugueteaba con el dubstep, incluso sonando un poco a la Britney Spears de ‘Femme Fatale’, y en ‘Shake You Up’, la canción que grabó junto a Rodney Jerkins, demostraba que incluso la más pija de la pista de baile podía tener un momento de soltura. No es que Leona se volviera totalmente loca y se entregara al dance más obvio, pero si sirvió para que el disco, cargado por lo demás por material más clasicón, pasara mejor en la primera escucha.
Eso sí, la Lewis de ‘Glassheart’, se alejaba de sus anteriores álbumes porque, aunque estuviera compuesto principalmente por baladas y medios tiempos melódicos, había un esfuerzo más evidente por sonar actual, por tomar prestadas algunas licencias bastante british y, en esencia, por dejar de sonar tan encorsetada como venía sonando.