En plena fiebre por The Black Eyed Peas, Fergie se decidía a aprovechar un lapsus de la banda para lanzarse en solitario y marcarse un puñado de hits con ‘The Dutchess’. El disco suponía un estupendo arranque para su carrera y cimentaba lo que parecía ir a ser una salida factible en solitario cuando los días de los Peas hubieran acabado. Pero el grupo volvió, con sus mayores hits hasta aquel momento, y la carrera de Fergie volvió a ser un proyecto que no corría prisa.
De modo que Fergie pospuso el lanzamiento de su segundo álbum hasta 2014, 8 años después de su primer lanzamiento. Una auténtica locura para una solista post-debutante. ‘Double Dutchess’, sin embargo, no se publicaría en realidad hasta 2017. Once años después del debut y con tres años de retraso.
Sin sorpresas, la continuada demora del disco provocó la salida de Fergie de Interscope y tuvo que acabar publicándolo desde su propio sello, con la distribución de BMG. Para compensar a los fans, a la cantante se le ocurrió dar forma a un disco visual. ‘Double Dutchess’ fue uno de los mayores fracasos de 2017 y provocó la quiebra de la artista, que confirmaría meses después, y sin siquiera poder sacar el trabajo de gira, que estaba absolutamente endeudada por el proyecto.
‘Double Dutchess’ provocó la ruina de Fergie, pero hoy, rompemos una lanza a favor de un álbum pop con más de una idea rica, veámoslo.
Los bops, por encima de los propios singles
Los singles de ‘Double Dutchess’ parecían diseñados para heredar el éxito de primer álbum: tras ‘L.A. Love’, el ritmo frenético de ‘Milf $’ podría haber enganchado al público de ‘Fergalicious’ y ‘Life Goes On’, el lanzamiento popero y radio friendly, haber repetido el éxito de ‘Big Girls Don’t Cry’. Pero especialmente este último no consiguió ni acercarse a su predecesora. Nadie le hizo demasiado caso.
Y es que ‘Life Goes On’ no fue una buena elección de single: para empezar, no era en absoluto representativo del contenido del disco, mucho más definido por pistas como ‘You Already Know’ -publicada tarde y mal-, la muy Eurythmics ‘Tension’ o el hip-hop retro de ‘Like It Ain’t Nuttin’.
Incluso sin resultar del todo single-material, la oscura ‘Hungry’ y la divertida ‘Enchanté’ podrían haber dado la sorpresa de haber sido expuestas en condiciones, por su buen hacer y su llamativo contenido.
La exitosa puesta al día de Fergie
Hablando de por qué el álbum no se centraba en un estilo concreto -había reggae, había pop, había urban…-, Fergie contó que ‘Double Dutchess’ llevaba ese título porque, igual que su primer disco, era un mejunge de todos los estilos que la representaban, pero a mayor escala. El doble de lo que enseño en 2006, en teoría. Una combinación que tuvo sus pros y su contras. Es cierto que volvía a parecer un disco de debut, pero casi le hacía falta: recordemos que habían pasado 11 años desde que se diera a conocer en solitario. Toda una generación necesitaba reconectar con ella.
Y lo curioso de ‘Double Dutchess’ es que podía haberse inclinado por el previsible hip-hop de la época, pero supuso una puesta al día interesante para Fergie, refugiada con éxito en rapeo contemporáneo pero bases del hip-hop vintage, un pop bailable que resiste solvente al paso del último par de años y una combinación de su lado urbano y su lado melódico bastante bien equilibrada. La artista supo adaptar su producto al paso de los años sin perder del todo su esencia original.
El álbum visual petardo, sin intenciones conceptuales
La ruina del álbum fue la producción de vídeos para absolutamente todas las canciones. Y para colmo de males, el escaso énfasis público que se hizo en ello. El lanzamiento del álbum en formato físico ni siquiera los incluye. En el de las plataformas de streaming como Apple Music no se incluye el de uno de los singles, ‘You Already Know’. Seguramente, si poca gente se enteró del lanzamiento del álbum, menos aún supo que venía acompañada de vídeos para cada tema.
Algunos mejores (‘Love Is Blind’, ‘Milf $’, ‘Enchanté’), otros bastante más vagos (‘Tension’, ‘Love Is Pain’, ‘Hungry’), pero en general, una idea entretenida para disfrutar el álbum con un apoyo visual. Especialmente viniendo de proyectos visuales que estaban envueltos en cierta intensidad, como los de Beyoncé o Kanye West, lo de Fergie era aplicar la idea a un terreno más relajado. No había un concepto que envolviera al proyecto, eran vídeoclips de MTV sin hilo conductor, divertidos, explotables, entretenidos de ver. El álbum visual petardo.