Lana Del Rey acaba de publicar su nuevo álbum, ‘Chemtrails Over The Country Club’, que se traduciría al español como ‘Orines Y Productos Químicos Sobre Ambiciones’. Y en su primer single ha sorprendido. Sorprendido en clave Lana Del Rey, no os penséis ahora que de pronto se ha marcado una bachata junto a Prince Royce. Una cosa es tener un dúo con The Weeknd, con el que comparte cierto espíritu lánguido, y otra cosa entregarse ya a tendencias random que ni le van ni le vienen. Eso no lo ha hecho.
Pero lo que Lana sí ha hecho ha sido interpretar ‘White Dress’, el nuevo single del trabajo, en un tono bastante más alto del que nos tiene acostumbrados. Al principio del track todo suena un poco Dido, después un poco Mariah, después pasa a sonar como si estuvieran pisándole la cola al gato y finalmente, de tan agudo e inaudible da la sensación de que Lana Del Rey ha querido grabar ‘White Dress’ para comunicarse con las belugas del acuario de San Sebastián.
Porque hay momentos de la canción que sólo ellas llegan a escuchar. Las belugas saben que es el momento de salir a dar saltitos en el show frente al público cuando llega el estribillo de ‘White Dress’. Y saben también que Lana ha aprovechado para pedirles cuatro kilos de anchoas al subir a la superficie, aprovechando que el resto del mundo no la escucha.
Lo que los demás sí escuchamos, en las partes en las que la belugas no son protagonistas auditivas, es la historia de Lana Del Rey cuando tenía 19 años y trabajaba como camarera. En ‘Chemtrails’, Lana abandona la costa y se interesa por sonidos más de la América interior y ojo, porque muchos críticos la posicionan ya en las quinielas para los próximos Grammy.
El disco ha arrancado correcto en Estados Unidos, aunque por ahora con la mitad de streams que su precedesor, lo que dejaría a Lana por debajo de las 100k de arranque frente a las 104k que consiguió ‘Norman Fucking Rockwell!’. Veremos si el boca a boca con los nuevos temas termina dándole algo de aire extra a las escuchas de la primera semana.
