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La reinvención de Miley Cyrus: ¿qué ha hecho bien y mal en ‘Malibu’?

La reinvención de Miley Cyrus: ¿qué ha hecho bien y mal en ‘Malibu’?

Miley Cyrus volvía con un nuevo single ayer mismo, arriesgándose a perder un día de ventas y streams en el cómputo global de las listas, pero remarcando la relevancia de su lanzamiento adelantándose al viernes. Y es que llevábamos casi un lustro sin un álbum mainstream de Miley. Es decir, por el camino había lanzado aquella colección de temas alternativos llamando ‘Miley Cyrus & Her Death Pets’, pero incluso de eso hacía ya dos años.

Ahora, con una imagen renovada, con un estilo musical renovado y con ‘Malibu’ como bandera de nuevo proyecto, Cyrus se lanzá al folk-pop como ya hiciera Lady Gaga durante la era ‘Joanne’. Pero, ¿le ha salido mejor o peor la jugada a la ex chica Disney? ¿Cómo se lo ha montado con ‘Malibu’?

 

Lo que ha hecho bien

Para empezar, Miley ha sabido como reconvetir su look, de los extremos y el desnudo de la era ‘Bangerz’, hasta esta especie de Jewel con chispa que parece haberse comido ahora. Con el tiempo, la hemos visto ir transformando sus atuendos -o la ausencia de los mismos- en propuestas más hippies, más florales, hemos visto, gracias a su paso por ‘The Voice’, como iba transformando su pelo y endulzando su imagen. Por tanto, a poca gente le ha sorprendido el cambio como para resultar excesivamente chocante.

Por otro lado, Miley ya iba dando pistas de su acercamiento al country en sus acústicos en Youtube, sus colaboraciones puntuales en este o aquel proyecto, con lo que la transición al estilo de ‘Malibu’ tampoco ha sido un Christina Aguilera, que lo mismo hoy toca un palo y mañana toca otro sin demasiado sentido ni unión.

Finalmente, el rollo folkie-country-pop de ‘Malibu’ es realmente lo que mejor sienta a la voz de Miley, que suena más personal que nunca en este proyecto. Sin ser una enorme vocalista, lo que sí es evidente es que su voz tiene una personalidad única y es muy fácilmente reconocible, como ya le ocurre a otras cantantes como Kylie, Britney Spears o Melanie C. No tienen una potencia vocal destacable, pero sí son voces que calan a la primera.

 

Lo que ha hecho mal

‘Malibu’ no es un single demasiado potente, la verdad. Más allá de cómo termine funcionando en listas con el tiempo, a la nueva canción de Miley le hubiera faltado un par de vueltas en el asador. Le sobra alguna estrofa, su organización es bastante discutible y el estribillo tarda demasiado en lucirse. Para cuando se repite por segunda vez, al oyente parece habérsele olvidado que la canción tenía un estribillo.

No definir demasiado su sonido: el problema de Miley es que parece que lleve veinte años en la industria musical. La hemos conocido con peluca, haciendo de niña pija mala en ‘Can’t Be Tamed’, siendo Natasha Bedingfield en ‘Party In The USA’, de putón familiar, de putón extremo, queriendo ser Madonna, teniendo daddy-issues, colaborando con Flaming Lips y ahora siendo Faith Hill con un poco más de alegría de vivir. ¿Cuál es la verdadera Miley? Puede que, en realidad, su nuevo álbum funcione como ya hiciera ‘Try This’ de Pink o ‘Breakaway’ de Kelly Clarkson, como paso a la Cyrus que vamos a ver en adelante. O puede que de aquí a dos años Miley Cyrus sea la reina de la pista de baile. O musa del jazz. O termine colaborando con Carlos Núñez.

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